«Bueu es un lugar tranquilo y espiritualmente diferente»

Marcos Gago Otero
marcos gago BUEU / LA VOZ

PONTEVEDRA

P.CHAPELA

Un artista que trabajó para la ONU, dos olimpiadas y la Expo92

01 oct 2014 . Actualizado a las 09:48 h.

El currículo de Cristóbal Gabarrón, escultor, pintor, artista internacional, impresiona. Trabajó para la ONU, para la que, entre otras cosas hizo el cartel oficial de la cumbre Hope for Peace, en 1986, y posteriormente la Capilla del Milenio, en Medina del Campo (Valladolid). Los murales de la Olimpiadas de Barcelona y el conjunto escultórico de los Juegos de Atlanta, así como otra gran producción para la Expo de Sevilla son creación suya. Su obra ha viajado por salas de Nueva York -ciudad donde reside varios meses al año y tiene un estudio-, así como Ámsterdam, Lausana, Londres y Washington. Ahora expone en Shanghái, en China, y en unos días inaugura en Hong Kong y Singapur. Y curiosamente, Gabarrón, vive durante muchos meses del año en una encantadora casa en Beluso, en Bueu.

Desde su casa se divisa la ensenada de Bueu y algunos de esas grandes rocas labradas por los elementos que tanto le gustan e inspiran. «Vine a Bueu por elección», resaltó. El paisaje, la gente y también, como no, la gastronomía gallega, han conquistado a este murciano (Mulas, 1945), que cumple la función de embajador de esta comarca entre sus amistades y conocidos -por su casa llegaron a pasar un embajador de Rusia, un premio Nobel y gente de la ONU-. «De embajador de Galicia siempre se actúa, porque uno vende lo que ve», precisa.

La relación de Gabarrón con Galicia viene de lejos y su obra ha estado en A Coruña, Santiago, Vigo, Pontevedra y Ourense. A la hora de explicar por qué Bueu, a Gabarrón le faltan las palabras. «Bueu es un lugar tranquilo y espiritualmente diferente y algo especial, que no sé explicar, me interesa muchísimo».

De Bueu, en particular, Beluso ha ganado su corazón. «Me puedo quedar cinco horas viendo el mar y tengo una sensación de paz y felicitad. Mi hijo pasa grandes temporadas aquí y también dice que aquí se siente una fuerza especial y que le atrae este paisaje», afirma. Estos elogios, viniendo de un artista que conoce medio mundo y al que le han hablado de la otra mitad, llaman la atención. Sobre Nueva York, su otra residencia, destaca su ambiente cultural, el trabajo, la gran ciudad, pero los sobrios penedos gallegos también tienen su lugar en su obra.

Granito gallego en Nueva York

¿Se siente inspirado por lo que ve aquí? Sin duda. «El granito gallego me inspira desde hace dos años un proyecto potente, una serie de obras escultóricas de grandes dimensiones», manifiesta. «Esta obra se ha pensado aquí, pero se realiza en otros estudio más grande en Nueva York y en Valladolid, pero parte de aquí», asevera.

Moldear el granito es un «muy complicado», no por la maquinaria, que existe y hace fácil la manipulación de la piedra, sino por la intención de preservar la identidad de cada una de estas rocas. «Lo que quiero es dialogar con la propia obra, respetar el granito y elaborar con él. Eso sí es complicado», recalca Gabarrón.

Cuando esté listo, entonces esas piezas de granito gallego, transformadas por sus manos, se exhibirán ante las élites culturales neoyorquinas. Y quien sabe si quizás algún artista de renombre pose su vista en O Morrazo.

reportaje cristóbal gabarrón, una vida entre nueva york y beluso