La mediación de la Xunta no logra evitar la huelga indefinida de Treves

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Representantes de los trabajadores de Treves, ayer, antes de comenzar la reunión.
Representantes de los trabajadores de Treves, ayer, antes de comenzar la reunión. capotillo< / span>

La tensa reunión se prolongó durante cuatro horas y media. Hoy habrá otra

24 sep 2014 . Actualizado a las 16:24 h.

A solo unas horas de comenzar la huelga de carácter indefinido que anunciaron los trabajadores de Treves, empresa y representantes de la plantilla arrancaban la reunión con pocas expectativas de éxito. La maquinaria estaba en marcha, y el hecho de que la plana mayor de la firma no hiciera acto de presencia en la primera reunión presidida por la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais (AGA) prácticamente sentenciaba el encuentro.

Finalmente, la fábrica del polígono de O Campiño se apagó a las seis de esta madrugada, como estaba previsto, y los trabajadores iniciaron una huelga indefinida que volverá a intentar atajarse esta misma tarde con otro encuentro, según adelantó el presidente del comité de empresa, David Couñago. El de ayer se prolongó durante cuatro horas y media, de 17.30 a 22 horas, aproximadamente. Pero, a pesar de su duración, ninguna de las dos partes cedió lo suficiente, y las posturas continúan igual de distanciadas que antes de él.

La nueva reunión, que comenzará hoy a las 17 horas, tendrá que celebrarse en la sede de Inspección de Traballo en Vigo ante la negativa de la Xunta de Galicia a ceder un local, así como a permitir el acceso a la prensa, a pesar del consentimiento expreso de plantilla y dirección.

Las diferencias que quedan por limar son de gran peso y complejidad. La primera de ellas, y más importante, se centra en la carga de trabajo. Los empleados quieren lograr una mayor carga de trabajo para la fábrica que les garantice una continuidad y, por tanto, tranquilidad laboral.

También los descansos están en el origen del conflicto que acabó con el anuncio de un paro sine die de la totalidad de la plantilla de O Campiño. Los empleados quieren aumentar las horas libres de que disponen en estos momentos.

El tercer pilar de las disensiones entre la empresa y los trabajadores se centra en la nómina. Los empleados reclaman un incremento en el sueldo bruto que les permita equipararlo al de otras firmas del sector de la automoción. Esta subida consistiría en 5.000 euros más, que elevarían la cifra anual a 25.000. La plantilla, que se encuentra sumida en un ERE que afectará a 40 días de cada uno de los 149 trabajadores, asegura que ya llevan 15 consumidos sin que la empresa haya cumplido su compromiso de llegar a 150 empleados.