El 95 % de los amarres en tránsito de Combarro fueron de extranjeros

Roi Palmás
roi palmás POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Franceses, británicos y holandeses, los que más han utilizado este puerto

11 sep 2014 . Actualizado a las 13:27 h.

El puerto deportivo de Combarro cierra el período estival con registros al alza. Ha sido «un gran verano», según confiesan los reponsables del complejo, sobre todo en lo que se refiere a los amarres temporales, es decir, las plazas que se ocupan por un tiempo limitado, de corta duración, y que implican un elevado grado de renovación continuada durante los meses centrales del año.

Los grandes responsables de este ir y venir de embarcaciones son los turistas de otras nacionalidades, que han encontrado en las aguas de Combarro la ubicación y tranquilidad buscadas para poder pernoctar un par de noches y seguir conociendo la costa gallega.

Tanto es así, que desde el propio puerto deportivo estiman que estas ocupaciones temporales de barcos extranjeros han supuesto este verano el 95 % del total de reservas en tránsito, una cifra que ronda el triple con respecto a los números del pasado ejercicio.

Hasta las Rías Baixas, y en especial hasta Poio, se han desplazado este verano numerosos barcos procedentes de la Europa más occidental. Se han llevado la palma los navegantes con bandera francesa, acostumbrados a recorrer la cornisa cantábrica hasta Portugal, los ingleses e irlandeses y también los holandeses, todos ellos procedentes de países con fuerte tradición y arraigo en la cultura de la navegación recreativa y turística.

Sin duda, los galos han sido los grandes protagonistas de las visitas al enclave de Combarro, ya que también se han dejado sentir en la oficina de turismo de la localidad y por las calles del municipio.

Obviamente, también los usuarios procedentes del vecino Portugal se han acercado hasta este puerto deportivo, junto con algunos navegantes aislados de países tan lejanos como Rusia, aunque en un número mucho menor y con un impacto económico apenas perceptible.

Estos visitantes buscan un tipo de turismo global. Naturaleza, playa y gastonomía, que encuentran en la zona de Combarro y las más cercanas de la ría de Pontevedra.

En contrapartida, este año se ha resentido el turismo nacional. Menos barcos de Galicia y también de fuera de la comunidad, aunque los números globales se han acabado equiparando gracias a los visitantes foráneos.

Plácido invernaje

Si en algo se diferencia el puerto deportivo de Combarro de los demás muelles recreativos de las zonas cercanas es que las condiciones de abrigo y oleaje lo convierten en un lugar idóneo para que los barcos pasen el período de invernaje, que es precisamente donde más sufren, debido al poco uso que se les da y a las adversas condiciones meteorológicas a las que hay que hacer frente durante el duro invierno gallego. Muchos buscan el cobijo de Combarro para pasar los meses más duros, aunque en verano regresen a otros puertos.

Superado ya el pico de afluencia masiva propio del verano, donde las embarcaciones aprovechan para acumular el grueso anual de millas náuticas, el invierno se presenta ilusionante en Combarro. Las previsiones hablan de que apenas se notará un descenso en el número de reservas, con lo que aspiran a ser un puerto estable durante los doce meses del año.

Siguen quedando vacantes para amarres temporales y duraderos, aunque destacan desde el puerto que es habitual y hasta positivo.