Los dueños del aeródromo de Godos recurren el derribo del local social

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El aeródromo de Godos, en una imagen del 2012, está en proceso de legalización tras un conflicto de nueve años.
El aeródromo de Godos, en una imagen del 2012, está en proceso de legalización tras un conflicto de nueve años. mónica ferreirós< / span>

Dicen que el servicio que presta es imprescindible para el campo de vuelo

26 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La sociedad Aeródromo de Caldas S.?L., que explota el campo de vuelo de Godos, ha presentado un recurso ante la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) de la Xunta para que se deje sin efecto la orden de derribo del local social anexo. El pasado 2 de agosto la Consellería de Medio Ambiente hacía pública una resolución por la que se declaraban legalizables los doce hangares y la pista de operaciones del aeródromo. La entidad tiene que presentar para ello, en un plazo de tres meses, la solicitud de licencia en el Concello de Caldas.

La empresa confirmó ayer a La Voz que todavía no formalizó la solicitud de licencia municipal porque considera que también es legalizable el «mal llamado» local social. Según subrayó Javier Martiñán, ese edificio ofrece «un servicio mínimo imprescindible para el funcionamiento de una instalación de este tipo». En ese local está el centro de comunicaciones del aeródromo, material de extinción de incendios, un botiquín de primeros auxilios y un local para realizar reuniones pre-vuelo, además de unos aseos.

«En el proyecto técnico no se justificaba eso, pero sí en el proyecto aeronáutico, del que hemos remitido copia a la APLU junto a diversas resoluciones de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA)», añadió Martiñán. Los promotores del aeródromo se mostraron convencidos de que este organismo de la Xunta atenderá su recurso y no tendrán que acometer el derribo del local social. Si todo sale como esperan, el siguiente paso sí será la solicitud de licencia.

La legalización del aeródromo pondrá fin a un conflicto urbanístico y político que se arrastra desde hace nueve años, cuando su promotor acometió las obras en suelo rústico de protección agropecuaria y sin licencia. Tras la recalificación de los terrenos, la Xunta entiende que el ordenamiento urbanístico es compatible con la actividad recreativa.