Retirada la oferta de compra sobre Construcciones Crespo

c.g.b. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Los empresarios alicantinos alegan la «imposibilidad de continuidad operativa»

23 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los hermanos Serna Rocamora cumplieron su amenaza y solicitaron esta misma semana la retirada de su oferta de compra sobre la totalidad de Construcciones Crespo. Esta actuación deja de nuevo en el aire el futuro de la firma pontevedresa.

Por el momento no se ha presentado ninguna otra propuesta de adquisición formal. Trabajadores y responsables de la empresa son conocedores del interés que despierta la venta por partes del material de Construcciones Crespo. Varios empresarios han acudido a la nave que la constructora tiene en la calle Gorgullón para obtener información acerca de la maquinaria o de determinados bienes de la marca, pero a día de ayer no había ninguna oferta presentada en el registro de los juzgados de Pontevedra.

Imposibilidad de continuar

Los empresarios alicantinos ya habían anunciado que renunciaban a hacerse con la firma pontevedresa, y así figura en el escrito presentado. «Hemos constatado la imposibilidad de continuidad operativa» de Construcciones Crespo. Poco más se explica en el documento.

Uno de los hermanos responsables de la propuesta de adquisición, Jesús Serna, explicó la semana pasada a La Voz que las razones de la retirada de su oferta se centran en la falta de continuidad de la actividad, único requisito que pusieron los alicantinos para mantener su oferta. Al retirar la Xunta las cuatro obras que habían adjudicado a Construcciones Crespo, la empresa quedó sin trabajo y, por tanto, paralizada. Además, los proyectos debían «rehacerse», según Jesús Serna.

Uno de ellos, de hecho, el que afecta a la calle Berardo Sagasta, será readjudicado a una nueva empresa en las próximas semanas, según prevé el Concello.

Cese de actividad

El cese de la actividad productiva hacía realidad los mayores temores de los hermanos Serna Rocamora: «El deterioro de una fábrica es brutal en cuestión de dos semanas, por la propia inercia del proceso, porque al no tener claro si se continúa, los proveedores dejan de suministrar y la cadena se rompe. El deterioro puede ser estrepitoso». Teniendo en cuenta la proximidad del mes de agosto y la paralización del año judicial, los plazos que manejan los empresarios levantinos sitúan la resolución del proceso a finales de septiembre, un plazo demasiado largo para asumirlo.

«El proceso está muerto, es técnicamente imposible hacer la venta, porque ahora mismo está paralizado», señaló Jesús Serna hace apenas unos días, cuando anunció la retirada de su oferta de adquisición. Culpó entonces a la ley concursal de «dejar que los casos mueran en los propios juzgados por inanición».