Una noruega, desorientada y sola, se pierde por Ponte Caldelas

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTE CALDELAS / LA VOZ

PONTEVEDRA

La mujer ingresó en un centro hospitalario por problemas neurológicos

22 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Sin hablar español, con una mochila al hombro, mojada y muy nerviosa. Así se encontró José Antonio Sobral, vecino de Esfarrapada (Ponte Caldelas), a una mujer de nacionalidad noruega y de 52 años de edad, perdida y sola a primera hora del pasado domingo -pasadas las siete de la mañana-. El hombre, que la confundió con una peregrina que se había alejado del Camiño portugués a Santiago, notificó al servicio de emergencias, el 112, sobre el extraño incidente. Por si acaso.

Y es que el estado de la mujer no acababa de convencerlo de que pudiese orientarse en esta zona rural del municipio pontecaldelano. El 112 informó del inusual encuentro a la Guardia Civil del puesto de Ponte Caldelas, que envió una patrulla hasta Esfarrapada, localizándola caminando por la vía y sin rumbo.

Aquí se repitió la historia del encuentro previo. Ni ella hablaba español ni los agentes pudieron comunicarse con ella. Ante la duda y conscientes de que algo no iba bien, la llevaron al puesto de Ponte Caldelas, lograron saber que era noruega y llamaron a la Embajada en Madrid. Por fortuna, fue posible localizar a una hija que vive en la capital española y entonces la trasladaron a la Comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra. Un portavoz del instituto armado informó de que la hija les explicó que su madre padecía, al parecer, «serios problemas neurológicos».

La Embajada noruega, mientras tanto, continuó con sus gestiones, y pocas horas después se personó en Pontevedra el cónsul del país escandinavo, que pudo comprobar el estado de la mujer y hacerse cargo de ella. Finalmente, se optó por llamar a una ambulancia, que la llevó hasta un centro hospitalario en Pontevedra, donde permanecía ayer en la unidad de psiquiatría, según indicaron desde la Guardia Civil.

Por su parte, fuentes del 112 señalaron que la mujer, cuando pudo comunicarse con alguien que la entendiese, manifestó que no quería asistencia sanitaria, sino que deseaba volver a su país. Estaba en España por un motivo personal y tenía dudas de dónde había aterrizado, si en Oporto o en Lisboa. Lo que quería, según esta versión, era sencillamente encontrar a alguien que la pudiese dirigir hasta un aeropuerto para poder regresar a su país, en la lejana Escandinavia. Eso sí, no quedó constancia, en ninguna de las versiones consultadas sobre los hechos, cómo es posible que acabase en aquella carretera en Esfarrapada a esas horas del domingo.