El entrechocar de miles de bolillos

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La tradición no está reñida con la modernidad ni el humor, como demuestra esta palilleira.
La tradición no está reñida con la modernidad ni el humor, como demuestra esta palilleira. martina miser< / span>

Encajes, puntillas y todo tipo de complementos se palillaron en Vilanova

21 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El entrechocar de los bolillos suena como suenan las velas al golpear los mástiles en los puertos deportivos, por eso los encajes huelen a mar, ya sea en Camariñas o en Vilanova, donde ayer se reunieron unas cuatrocientas palilleiras y algunos palilleiros -cada año más, por cierto- en un encuentro en el colegio Julio Camba que ya empieza a formar parte de las citas indispensables de los aficionados a esta arte.

Innovar no está reñido con guardar la tradición, y por eso, en el céntrico pabellón, lo mismo se podía admirar el tradicional encaje de Camariñas que otras técnicas más modernas para aplicar a vestidos o incluso para confeccionar originales complementos. Que el encaje está de moda ya lo demostró el diseñador carrilexo Franco Quintáns, que basó en esta técnica sus últimas colecciones de trajes de novias y que comercializó otras originales adornos elaborados en este tradicional oficio artesano.

De año en año crece el número de aficionados. De un arte que se circunscribía a Camariñas y que pasmó a medio mundo cuando se incorporó a vestimentas más modernas, se pasó a una pasión que ya se extiende por toda Galicia. Basta con visitar Internet y comprobar la cantidad de páginas que se dedican a esta técnica y la red de maestras y aprendices que se comunican a través de las nuevas tecnologías. Para algunos es solo una afición, para otros, una labor más; algunos han descubierto la pasión de sus vidas y muchos se atreven a decir incluso que el sonido del palilleo y ese movimiento de manos tan característico es una terapia.

De todos los rincones

Pero nada como el vivo y el directo, de ahí la impaciencia con la que las palilleiras esperan todos los años el encuentro de Vilanova, donde ayer se juntaron aficionados no solo de esta localidad o de otros lugares gallegos como Oleiros o Burela, sino también asturianos y de otros rincones del noroeste peninsular. Porque que no se lleve a engaño quien crea que es un arte gallego; se hace encaje artesanal en Cataluña, Almagro, Bélgica, Inglaterra, Dinamarca... De hecho, la asociación A Floriña, que puso de moda esta técnica artística en Vilanova, trabaja también con los encajes que se elaboran en otros países.

Aunque ayer en el pabellón solo había un lenguaje internacional: el de los bolillos al entrechocar.

Hacer encaje de bolillos engancha, y para algunos aficionados es una terapia