La trampa está servida

LA SEMANA DE EUGENIO GIRáLDEZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

El actual clima de tolerancia con el paso de tráfico por el eje viario formado por Alameda y Echegaray podría concluir si desde arriba dan orden de sancionar

05 may 2014 . Actualizado a las 23:30 h.

El alcalde Lores y sus colaboradores en materia de tráfico mantienen puesta una trampa para miles de conductores que cualquier día podrían accionar acarreando cientos de multas. Hablo del eje viario que forman las calles Alameda y Echegaray. Ambos viales se encuentran en un «estado de tolerancia» admitido por la Policía Local mientras desde arriba no se dé la orden de comenzar a multar a cuantos vehículos circulen por tales calles desoyendo las señales de «circulación prohibida menos acceso a residentes y servicios» que lucen desde la confluencia con la rotonda de San Roque.

Se trata del resultado que perdura de la frustrada intentona, de momento, que el sector BNG del gabinete municipal perseguía dejando el puente de A Barca para tráfico solo de entrada.

A finales de 2013 con motivo del cierre parcial de la circulación en el puente -por unas obras en Poio- Lores, Mosquera, Bará, Dasilva y Macenlle plantearon derivar el tráfico de salida de la ciudad a través del Puente de As Correntes, pretendiendo que A Barca tuviera un sentido único.

Así estuvimos durante unas semanas hasta que las voces en contra -desde el PSOE hasta el Concello de Poio, pasando por el PP y la Xunta, y sobre todo vecinos, comerciantes y conductores-, hicieron suficiente ruido. Se restauró el doble sentido en A Barca pero se adoptaron aquellas otras medidas para «apaciguar el tránsito». Es decir, dejar Alfonso XIII en sentido contrario al habitual; meter aparcamiento en batería de un lado de Echegaray, más carga y descarga y servicios del otro lado, así como en un lateral de la calle Alameda. En suma, medidas que en realidad representan la antesala de restricciones más severas que, de momento, no se aplican. De momento, insisto.

Hace unos días el Concello difundió unas cifras que pretendían dar a entender que la disuasión estaría funcionando ya. De modo que los flujos de tráfico hacia la costa se estarían derivando. En la misma comparecencia Bará insinuó que el actual estado de cosas en ese eje viario permanecerá tal cual y que aparcan una ampliación de aceras en Echegaray, básicamente, por razones presupuestarias.

Serán también razones presupuestarias las que motivarán decisiones que están por llegar.

Y en breve, el «Multamóvil»

Por ejemplo: si el abono de la factura pendiente a Sogama (4,5 millones de euros) más los intereses (otro millón más) obligan a exprimir la tesorería municipal, la presión recaudatoria será mayor y por consiguiente también la sancionadora. Les recuerdo que en breve, ya estará en disposición de entrar en funcionamiento el «bicho», es decir el «Multamóvil», con capacidad para llegar y superar las 100 multas diarias si políticamente se da la orden.

Ahora imaginen al engendro patrullando por Alameda y Echegaray a la caza de cuantos coches y conductores desoyen la señalización restrictiva y sigan empleando ese eje viaria para salir de la ciudad camino de poblaciones cercanas. Una ratonera.