Arde una casa en Vilagarcía frecuentada por okupas

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

MONICA IRAGO

Las labores de extinción en Rosalía de Castro se prolongaron durante más de siete horas

14 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Solo quedaron las paredes en pie. El voraz incendio que ayer se cebó con el número 77 de la calle Rosalía de Castro (Vilagarcía) encontró un buen caldo de cultivo en la vieja casa, ya que todo su interior era de madera. No quedó ni el techo, cuyo desplome llegó a poner en peligro a los efectivos de extinción de incendios que a las siete de la mañana acudieron al lugar. Bombeiros do Salnés y Protección Civil estuvieron toda la mañana trabajando para sofocar las llamas. A las dos de la tarde dieron por cerrado el operativo pero a media tarde fue necesario volver a encender la manguera durante media hora porque se avivaron los rescoldos. En total fueron más de siete horas de trabajo en las que hubo que recurrir al uso de humectante, dada la densidad del humo y de las llamas. A lo largo de la mañana, los bomberos hicieron varios intentos de adentrarse en la casa, pero el piso y el techo se desplomaban, lo cual hizo imposible una inspección ocular. Inicialmente se temía que pudiera haber personas atrapadas en el interior dado que este inmueble, de dos pisos y planta baja, es frecuentado por okupas. Las horas pasaron sin poder disipar las dudas pero por la tarde, los bomberos ya daban por descartado que hubiera víctimas en el interior toda vez que la Policía Local y la Policía Nacional pudieron dar con el paradero de las dos personas que se sabía que últimamente dormían en este lugar.

El incendio tuvo consecuencias en la carretera que une Carril con el centro de la ciudad. Los camiones ocupaban un carril de la vía lo que obligó a los agentes a regular el tráfico durante toda la mañana. A primera hora incluso hubo que cortar la vía completamente durante unos minutos.

Los servicios de extinción de Vilagarcía vigilan la casa desde ayer para evitar que se reaviven las llamas.

Pese a los temores iniciales, se descarta que quedara gente atrapada dentro