Condenado tras accidentarse quintuplicando la tasa de alcohol

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

CALDAS DE REIS

Además deberá abonar 981 euros al Concello de Caldas por una farola

16 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con una multa de 1.440 euros y la retirada del permiso de conducir durante un año y medio han solventado los tribunales pontevedreses el caso de un joven que fue cazado hace prácticamente un año tras circular ebrio -quintuplicaba el límite de alcoholemia- y sufrir un accidente en pleno casco urbano de Caldas de Reis. De hecho, su Peugeot 206 se llevó por delante una farola, circunstancia por la que ahora tendrá que abonar al Concello 981 euros.

De nada le valió al infractor que su padre asumiese todas las culpas. Los magistrados no le dieron validez a este testimonio entre otras cosas porque fue el ahora condenado quien confirmó a los policías locales que se desplazaron al lugar del siniestro que era él quien iba al volante.

Y es que, además, no puso inconveniente alguno cuando le requirieron que soplara. En este sentido, los magistrados inciden en que «de no haber sido el conductor no tendría obligación alguna de realizarlas, pudiendo haberse negado». Al mismo tiempo tachan como «mero alegato de defensa» el hecho de que el joven hubiese sostenido que «se sometió a las pruebas ante la insistencia de los agentes y por el solo hecho de evitar problemas».

En cuanto a la autoinculpación del progenitor, la sentencia señala que no solo «no es convincente», sino que, además, «carece de toda lógica». Precisaron, en este sentido, que si el padre era quien pilotaba el coche debido al estado del ahora condenado no entra dentro del sentido común que, «tras sufrir el accidente, abandone el lugar y se marche a su casa dejando al hijo en el lugar del siniestro a la espera de la grúa».

No solo esto, consideran que, frente a la explicación dada por este testigo, y si el hecho de ponerse al volante del coche vino motivado por el consumo de alcohol de su hijo, lo razonable y «normal es que se hubiera quedado el propio testigo a esperar la grúa ante la posibilidad de una eventual prueba de alcoholemia».

Esta se realizó una vez se produjo el accidente, que se registró poco antes de las dos de la madrugada del 15 de abril del pasado año, cuando el acusado transitaba a los mandos de un Peugeot 206 por el tramo urbano de Caldas de Reis. Al llegar a la altura del lugar de Outeiro, y por efecto de las bebidas alcohólicas que había ingerido, «perdió el control del vehículo, invadió el carril contrario de circulación y colisionó con una farola de alumbrado público propiedad del Concello de Caldas». La primera prueba que se le practicó dio un positivo de 1,26 miligramos de alcohol por litro de aire espirado y la segunda, 1,25. El máximo legal es 0,25.