Una alumna de 49 años logra el premio extraordinario de FP en artes gráficas

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

María Jesús García decidió seguir formándose tras quedarse en paro

14 mar 2014 . Actualizado a las 18:44 h.

Reciclarse en lugar de quedarse en casa lamentándose. Es la máxima que María Jesús García Maquieira (Campo Lameiro, 1965) puso en práctica hace seis años cuando la crisis la abocó al paro. Esta mujer de 49 años, que trabajaba como decoradora tras estudiar en la Escola de Artes e Oficios Mestre Mateo, apostó por seguir formándose. Pensó en la FP y cursó el ciclo superior en Administración y Finanzas.

Tras esa experiencia, diversificó su currículo un poco más con otro ciclo superior, en este caso, el de Producción en Industrias de Artes Gráficas en el IES Montecelo de Pontevedra. Estos estudios, que desarrolló en los cursos 2010/2011 y 2011/2012 alcanzando una nota media superior al 8,5, le han dado la formación necesaria para ejercer en cualquier puesto de trabajo del proceso gráfico (preimpresión, impresión, postimpresión y organización y planificación del trabajo).

María Jesús García, que reside en Sanxenxo y ahora trabaja como monitora ayudando a escolares a subir y bajar del autobús, obtuvo el Premio Extraordinario de FP del curso 2011/2012. Un galardón que se entregará esta mañana en la Cidade da Cultura de Santiago. Esta mujer, madre de dos hijas, no podrá acudir por motivos laborales. En su nombre recogerá el premio el director del IES Montecelo, que ayer trasladó a María Jesús García la felicitación de toda la comunidad educativa del centro por el logro conseguido.

¿Y qué supone el premio para la protagonista? María Jesús lo tiene claro: «Con 49 años me sirve como superación personal, pero para nada más. Hay que ser realistas y los empresarios no quieren a gente de mi edad». A la hora de recordar su último paso por las aulas no duda ni un segundo en valorar la experiencia como divertida y positiva. «En clase era la mamá de todos. Aprendí muchísimo y la experiencia fue muy positiva. La relación con algunos compañeros fue muy buena, con otros no tanto», relata.

Se refiere a alumnos que iban a clase pero que no querían estudiar: «Era como si tuvieran envidia de que siendo tan mayor sacara buenas notas». María Jesús recuerda que los estudiantes no la confundían con una profesora, pero algún docente sí pensó que ella era una compañera de enseñanza. Agradece la dedicación de los profesores: «Conmigo tenían un trato distinto porque no me podían tratar como a una niña. Y eso que los chavales a mí en informática me daban veinte vueltas».

María Jesús dice que no va a celebrar el premio, aunque admite que sus dos hijas están muy orgullosas de ella. «Con la pequeña, que está en bachillerato, iba a la biblioteca de Ciencias Sociais a estudiar», desvela.