Las plazas de abastos, a todo gas

m. gago / r. estévez PONTEVEDRA, VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Miles de clientes hacen acopio ante las fiestas en los mercados de Pontevedra y Vilagarcía

08 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

De primera calidad, de lo mejorcito de España y recién sacados de las aguas de las Rías Baixas, mariscos y pescados abren el apetito a cualquiera que se acerca por las mañanas a las plazas de abastos de la comarca. La proximidad de las fiestas de Navidad y Fin de Año hace que la actividad de estos mercados sea algo más ajetreada de lo habitual. Ese ambiente festivo empieza a pulsarse en la oferta de los expositores y también en la demanda de los compradores. Para miles de pontevedreses es el momento de hacer acopio de productos que pondrán en la mesa en las comidas y cenas de unas de las celebraciones más esperadas del año.

La calidad, la abundancia en la oferta de precios y la facilidad de su preparación en los fogones son tres de los factores que realzan la viabilidad de un menú completo de productos marinos. La Voz ha elegido dos de los mercados más frecuentados de la comarca, Pontevedra y Vilagarcía, que como cabeceras de sus respectivas comarcas reciben la mayor afluencia de productos pesqueros puestos a disposición de los usuarios. Una oferta similar se puede encontrar en otras plazas como Bueu, Marín, Cambados, O Grove o A Illa. Los productos del mar son monarcas indiscutibles para los consumidores.

En el caso de Pontevedra y Vilagarcía, las diferencias entre los precios de una u otra plaza no son excesivamente señalables. Los productos que van caros en una también lo están en la otra y viceversa. Eso sí, las placeras ya llevan un tiempo notando cómo algunos de estos productos han iniciado su despegue hacia las cotizaciones más elevadas del año.

Si el bolsillo lo permite, los reyes de la cena, en cuanto a precios, son mariscos como la centolla, el camarón grande y el percebe, mientras que en la categoría de pescados, el rodaballo salvaje es la opción más destacada por las placeras. En el otro lado del baremo de valores, la propuesta de las pescantinas incluye mejillones al vapor, buey y zamburiña, con la merluza o el sargo como especies de pescado a elegir.

La variedad de mercancía puesta a disposición de los clientes es tan amplia, que no hay motivos para no disfrutar de unas comidas durante las fiestas con pescado y mariscos. Todo depende de la capacidad económica de cada familia y del producto escogido.

Con cuatro kilos de centollas, otro de camarón grande, otros cuatro de cigala grande (cocida) y cinco de rodaballo, se confecciona un menú festivo que, aunque no está al alcance de todos, sí es digno de un manjar real. El coste supera los 600 euros, pero depende de cuántos kilos se pongan en la cesta y dónde se compren, a estas alturas del mes, es donde se encuentran las mayores diferencias entre las lonjas y los mercados.

Si en su casa cenan unas ocho personas y la economía no está para excesivos gastos, un menú mediano puede situarse en torno a los 250 euros, uno o dos más abajo o más arriba. Tres kilos de almeja babosa, otro de camarón de tamaño mediano, cuatro kilos de bruños de centolla y ocho lenguados de ración son una propuesta atractiva para los comensales en unas fechas señaladas como pocas en el calendario anual.

Pero si la economía aprieta y la crisis también lo hace, aún es posible degustar un menú marino, con pescado y también con marisco. Con un desembolso que apenas puede superar los setenta euros para ocho personas, se pueden comprar cuatro kilos de mejillones, que se podrían cocinar al vapor, tres kilos de buey, otros dos de zamburiña -asegúrese que se recogió en las Rías Baixas y no es de exportación- y otros dos kilos y medio de merluza. Con estas tres fórmulas solo queda decir: buen apetito.