Un mes de encierro en el Concello de Sanxenxo

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

No desean más mociones, ni visitas. Solo, que se les devuelva su dinero

05 feb 2013 . Actualizado a las 15:35 h.

Hace ya un mes que los afectados por las preferentes tomaron el Concello de Sanxenxo. Treinta días en los que muchos han cambiado el salón de sus casas por el salón de plenos, su cama por un colchón en el suelo. Y es cierto que la mayoría están cansados. Pero también lo es que su indignación y sus ganas de seguir peleando no han experimentado descenso alguno. Los políticos están en su punto de mira. Y es que, hasta el momento, «falan moito, pero feitos vemos moi poucos», se quejan.

Para los afectados, el problema tiene fácil solución. «Que fagan unha declaración de que fomos estafados e que nos devolvan os nosos cartos», reclaman. Sin embargo, lo que está sucediendo «é que hai xente que todavía se está a enterar agora de que ten preferentes». Sus protestas han permitido aprobar mociones de apoyo en todos los concellos. Y en los últimos días están recibiendo visitas de varias agrupaciones políticas. «Que no vinieran antes es una vergüenza. Es bonito venir aquí en vísperas de ir a Santiago pero ahora ya no hacen falta», se quejan.

É que non imos saír de aquí sen nada

Lo único que tienen claro los afectados es que su lucha está dando resultados. «Sirve para hacer presión, para que no puedan escapar del tema porque esto tiene que tener una solución política», aseguran. Por eso no están dispuestos a abandonarla. «Si desde aquí abajo no nos hacen caso, tendremos que subir unas escaleras e ir a los despachos», amenazan. Pero lo que tienen claro «é que non imos saír de aquí sen nada».

El encierro les está costando mucho. Sobre todo, en lo personal. «Estas catro paredes absórvente. Pero por outro lado non quero marchar de aquí sen recuperar os meus cartos», afirma una de las encerradas. «Habría que preguntarle a los políticos si no les da vergüenza ver que los abuelos tenemos nuestras casas abandonadas por pedir lo que es nuestro», argumenta otra. Y se queja de que los políticos vengan a hablarles con buenas palabras, «pero yo tengo a mi hijo en el paro y no le puedo ayudar».

Experiencia policial

Los afectados llevan un mes encerrados y un año manifestándose y protestando donde haga falta para reclamar su dinero. Su vida ha cambiado mucho. Y también su mentalidad. «Te quitan el miedo hasta a la policía. Yo recuerdo la primera vez que me dijeron que la Guardia Civil iba a venir a desalojarme. Qué miedo. Nunca me había visto en esa situación», explican. Ahora, estar rodeados de las fuerzas del orden es casi el pan de cada día.

Todos los que están hoy encerrados en Sanxenxo han optado por el arbitraje frente a la Justicia. «Nos dijeron que denunciar era mucho más tiempo y dinero. Pero aquí también estamos gastando mucho dinero», aseguran. Para ellos, el arbitraje fue una medida urdida «para que esto se rompiera. Para que cobraran unos y otros no», afirman. Pero no ha surtido efecto. Lo que más miedo les da son las quitas, esas que amenazan con llevarse la mitad de su dinero. Cada día se despiertan con informaciones contradictorias. «Nin eles mesmos saben o que van facer», afirman. Ellos, en cambio, lo tienen claro. Se quedarán ahí, en el salón de plenos de Sanxenxo, hasta que vuelvan su ahorros.

afectados por las preferentes un salón de plenos reivindicativo