Repaso a la escuela de la vida

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Las oenegés refuerzan los grupos de apoyo para alumnos en situación vulnerable

13 ene 2013 . Actualizado a las 07:07 h.

No se trata de hacer competencia a los centros especializados ni únicamente de mejorar objetivos académicos. En eso coinciden todos los portavoces de las distintas oenegés que trabajan en Pontevedra el ámbito del apoyo escolar. Simplemente, se trata de acercarles referentes para que los niños en situación más vulnerable puedan encontrar una motivación en los estudios y comprendan que en esa apuesta está la posibilidad de un futuro mejor que el presente que viven.

Cruz Roja, que atiende este curso a sesenta escolares en un programa específico; la Fundación Secretariado Gitano, con más de treinta, o la Fundación Meniños, aunque en número más reducido, son algunas de las oenegés que se ocupan de una necesidad cada vez más creciente entre las familias, que a consecuencia de la crisis económica ya no pueden costear una academia para sus hijos o simplemente carecen de los recursos o la estructura adecuada para ayudarles en estas tareas.

Cáritas Interparroquial es la última entidad en sumarse a esta prestación social. Ya ha comenzado a informar a sus usuarios de la creación de un grupo de refuerzo escolar, para el que los interesados pueden informarse en la sede de la oenegé, en Joaquín Costa (986 852 417). «Habíamos ayudado a algún niño en casos especiales, especialmente a algún extranjero con clases de español -explica María Jesús Prieto, directora-, pero ahora queremos poner en marcha esta actividad. Tenemos varias voluntarias que son profesoras jubiladas y que podrían ayudar a los niños».

«Hermano mayor»

Desde la Fundación Meniños, destacan este aspecto. «Hay que tener en cuenta que quienes colaboran en estos programas en nuestro caso no son profesores, son voluntarios. Siempre suele haber mejoría académica, pero se trata sobre todo de inculcar hábitos. Esto está basado en un proyecto de psicología que desarrollan en Estados Unidos que se llama Big Brother (Hermano mayor). Se trata de que los chavales tengan un referente, alguien que les ayude con los deberes, pero también que juegue con ellos, que les enseñe cómo hacer el carné de la biblioteca, etcétera», indican.

En el Centro Cultural de Monte Porreiro, la Fundación Secretariado Gitano atiende a una treintena de chavales de Primaria y Secundaria, dentro del programa de seguimiento escolar que desarrollan con el Concello. Las clases son los lunes, martes y miércoles por la tarde y las cosas han cambiado mucho desde que hace siete años pusieron esta iniciativa en marcha, como subraya la orientadora Maite Rosales. «Empezamos de cero, casi teníamos que ir pescando los niños -señala-, así que comenzamos con talleres de ocio para ganárnoslos. Hacíamos mitad juegos, mitad estudio... Fue duro y simpático. Había días que no venían, otros que sí. Y ahora acuden supercontentos».

Las estadísticas dicen que ocho de cada diez escolares de etnia gitana abandonan los estudios en Secundaria. «Sigue ocurriendo -apunta Rebeca- que desde las propias familias no se les da toda la importancia a la educación, aunque las cosas han cambiado mucho. Antes, por ejemplo, a los niños les daba igual sacar mala nota, ahora te la enseñan cuando es buena. Y los padres participan mucho más de las actividades escolares, van a tutorías, han perdido ese miedo». La fundación ha complementado este apoyo con otro programa, Promociona., con el objetivo de lograr esa permanencia en la ESO y la obtención de un título medio. «Algunos de aquellos niños con los que empezamos están ahora en cuarto de la ESO -añade Maite-, dos se han titulado y tenemos chicos en ciclos medios y Bachillerato». «Hacemos mediación con los padres, que tienen que implicarse y ves que se esfuerzan, y también un seguimiento en los colegios; se trabaja en red», agrega Rocío.

«Siempre suele haber mejorías, pero se trata sobre todo de inculcar hábitos»

«Al principio teníamos que ir pescando niños, pero ahora vienen encantados»

«Hacemos mediación con los padres y un seguimiento en los colegios»