Quedan cuatro días para que Culturgal preste a pontevedreses y visitantes la llave de la casa de la cultura gallega. Pero mientras tanto, la ciudad ya puede seguir con arte el rastro de la feria que el fin de semana se celebrará en el Pazo da Cultura.
Once creadores han unido la Facultad de Bellas Artes con el Pazo da Cultura a través de intervenciones en los escaparates del centro histórico y algunos espacios públicos. Se trata de una muestra comisariada por Eugenia Suárez y María Prada, del Máster en Arte Contemporánea de la Universidad de Vigo, en la que caben múltiples propuestas y soportes. «Intentamos que tuviera una temática similar, en torno a la miniatura, pero han surgido propuestas muy diferentes», explica Suárez.
De la facultad, el recorrido lleva a la Casa das Campás, con una pieza de Iñaky Pérez; al local Carnaby, con la obra de Ana Seoane; la tienda de ultramarinos El Cisne, donde Nuria Bouzas crea «un espacio natural» a partir de las cajas de productos del escaparate y, posteriormente, a La Casa Winchester, con la pieza Chocolate tablet, del profesor Nono Bandera.
El «mapa expresivo» continúa en La Ferretería Gallega, con José Luis Bueno, y en Fábrica Vintage, con un vestido de Eva Soto, alumna de Esdemga, inspirado en la técnica de la papiroflexia, así como con los pastelitos con sorpresa de Leticia Gómez Aguado en la Librería Cao.
El arco de don Gonzalo fue intervenido por Fernanda Llovo; Curtidos Queiro fue el espacio escogido por Paula Naya e Ignacio Pérez-Jofre actuó en la fachada exterior del café El Escritor «dibujando a la gente» que pasaba mientras estuvo en el lugar. Santiago Novas finaliza el recorrido en la calle Sierra.
Los centros educativos también están implicados con la Feira das Industrias Culturais. Setecientos alumnos de varios colegios de Infantil y Primaria, institutos y las facultades de Bellas Artes y Ciencias Sociais participan en diversas actividades. Los pequeños arrancaron ayer con un taller de cabezudos.