Núñez Feijoo resucita el fantasma de la afrenta a la capitalidad

Lars Christian Casares Berg
Christian Casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

kiko da silva

30 sep 2012 . Actualizado a las 06:57 h.

Llevado por la comodidad de un auditorio amigo, amable, Alberto Núñez Feijoo volvió el pasado jueves a tropezar con la piedra de la capitalidad de la provincia. Un asunto que en Vigo -la ciudad donde resucitó el fantasma de la afrenta a la capitalidad- es menor, abre en Pontevedra heridas difíciles de cicatrizar.

A Telmo Martín le costó intensísimas reuniones con vecinos y asociaciones, un enfrentamiento con el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, y muchos titulares adversos el decreto con el que Alberto Núñez Feijoo estrenó la reordenación de las delegaciones territoriales tras su llegada a la Xunta. Se creó una por capital de provincia, salvo en Pontevedra que contó con dos: una en la capital y la segunda en Vigo. La munición política que le brindó a la oposición necesitó poca pólvora para ser disparada. La explosión final fue una multitudinaria marcha ciudadana por las calles de Pontevedra el 19 de junio del 2009 encabezada oportunamente por el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores.

«Vigo es capital»

La secuencia puede que no estuviese en la mente del presidente ante la comodidad de un auditorio amigo -una reunión de la junta directiva local do PP en Vigo, donde también participaron el presidente provincial, Rafael Louzán, y el presidente local, José Manuel Figueroa-. «Vigo es capital -dijo enérgico el candidato a revalidar la presidencia de la Xunta-. Vigo es capital de un área de quinientas mil personas. Vigo es capital de un área poblada superior a la provincia de Ourense. Vigo es capital de un área superior a la provincia de Lugo. Vigo ya es la capital del área metropolitana. Y nuestro partido cumpliendo su programa electoral consiguió que Vigo sea la capital del área más poblada de Galicia. Y por eso nosotros sí creemos que Vigo tiene que tener su estatus».

Ante la expectación creada, y por problemas de aforo en la sede local del partido, el acto se trasladó. Y el escenario tiene también su simbolismo. Se trata del hotel Los Escudos, la sede elegida por la Selección española de fútbol para alojarse antes de su partido en el estadio de Pasarón, en lugar de hacerlo en Pontevedra. Se evidenció ya entonces que la cuestión de la capitalidad puede resucitar por apenas unas docenas de plazas hoteleras elegidas en una u otra ciudad.