El manto solidario de Pontevedra

MARÍA CONDE PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Las organizaciones benéficas subrayan la implicación de los ciudadanos

22 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La crisis aprieta y casi ahoga, pero Pontevedra sigue cubriendo aquellos ámbitos de ayuda a los que las administraciones no llegan con su extenso manto solidario. Porque a tenor de los datos y las opiniones de quienes día a día trabajan con las personas que sufren necesidad, la capital es una de las ciudades gallegas más implicada y con mayor dotación de recursos para que las víctimas de la peor coyuntura puedan seguir manteniendo un halo de esperanza.

Ocho principales organizaciones multiplican manos y esfuerzos para atender la avalancha de ayuda que la crisis ha acentuado, especialmente la que se refiere al reparto de alimentos y útiles de primera necesidad. Pero todas coinciden en que su trabajo tampoco sería posible sin la colaboración ciudadana que, a pesar de los tiempos, sigue aportando lo que puede para mantener este engranaje. Lo subraya Gonzalo Diéguez, responsable del comedor de San Francisco: «Vemos que en los ultimos tiempos ha aumentado bastante la demanda del comedor. Pero en aportaciones no hemos notado crisis, y tenemos que agradecer a la gente lo que hace, porque son los que mantienen el comedor». En este sentido, señala que el presupuesto asciende a 180.000 euros anuales, que en su mayor parte proceden de la recaudación de los cepillos de la iglesia, pero hay también aportaciones del Concello (9.990 euros), la Diputación (3.000 euros en Navidad) y de empresas que aportan alimentos (destacan a Froiz, Frutería Moncho y a varias pescaderías y pastelerías).

Diéguez destaca que durante las pasadas fiestas navideñas los donantes se volcaron. «Tuvimos el problema del embutido, porque tampoco se puede acumular mucho y ahí se gasta bastante, porque hacemos al día 100 bocadillos. Eso y el aceite eran cosas que necesitábamos, pero han traído. De lo demás hay mucho, en ese aspecto estamos bien». Las 88 plazas del comedor han obligado en los últimos meses a habilitar el doble turno para atender a la media de cien usuarios que tienen a diario.

María Jesús Prieto, directora de Cáritas Interparroquial, reseña también que la entidad percibe a diario esa solidaridad. «En las pasadas fiestas la gente fue generosa... Donativos anónimos y con nombre. Para la situacion de crisis que afecta a todo el mundo, la gente es solidaria con el que no tiene». «Nos han dado más comida y aportaciones económicas que otros años -añade-, y nos sorprende que la gente siga siendo tan generosa. Todas las colaboraciones son importantes».

A Prieto no le gusta dar una visión pesimista, precisamente por esa esperanzadora colaboración ciudadana. «Todos los meses hay gente que dona bolsas de alimentos -afirma-. El dinero que nos dan los socios, voluntarios, los anónimos, es para ayudar a la gente y lo fundamental es con comida. Es así de simple. Este año también recibimos muchos juguetes de familias y de establecimientos y muchos con etiquetas».

Reparto de alimentos

En el caso de la Asociación San Vicente de Paúl, el pasado año sumaron a su labor -centralizada sobre todo en la gestión del albergue Calor y Café- el reparto de alimentos, que distribuyen una vez al mes entre dieciséis familias necesitadas. «Ahí sí notamos que vamos a más», apunta su presidenta, Pilar Dapena. «De momento son bolsas y los alimentos los estamos comprando nosotros», señala. Con todo este abrigo solidario es posible pensar que la situación mejorará en el 2012.