Rafael Hernando, políticamente incorrecto y compañero de la polémica

S.C

ESPAÑA

SERGIO PEREZ | Reuters

El nuevo portavoz de los populares, quien estuvo a punto de agredir a Rubalcaba, es conocido por sus numerosas salidas de tono

17 dic 2014 . Actualizado a las 08:25 h.

Políticamente incorrecto y muy amigo de la controversia, Rafael Hernando, se ha convertido en la nueva voz de los populares en el Congreso. Todo un reto el que se le presenta a este diputado conocido por su tono beligerante y su escaso afán conciliador. Y es que Rafael Hernando ha caminado durante su carrera siempre de la mano de una peligrosa compañera: la polémica.

Muy ducho en el engorroso trabajo que supone rectificar y pedir perdón por las salidas de tono, este popular se ha atrevido a dedicar duras palabras a colectivos como el de los familiares de las víctimas del franquismo. «Las víctimas del franquismo solo se acuerdan de sus padres cuando hay subvenciones de por medio», fueron las palabras que le costaron una denuncia por parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y de las que ha intentado desmarcarse en un par de ocasiones. De nada servía su intento de lavarse las manos asegurando que «el entrecomillado» de sus palabras era «falso». Las imágenes que se extendieron por la red, hablaban por sí solas.

Contra la memoria histórica parece haber portado un peculiar pendón desde hace muchos años. Rafael Hernando ha tenido, en más de una ocasión, palabras críticas contra la tricolor, la época que esta bandera representó y los sucesos que durante su caída tuvieron lugar en España. «La bandera republicana es ilegal y quienes la blanden quieren retrotraer a España a los años 30 del siglo pasado», declaraba el entonces portavoz adjunto del Grupo Popular equiparando la muestra de este estandarte con el gesto del saludo fascista. Sus palabras, un claro intento para exculpar a los jóvenes de Nuevas Generaciones que mostraban sin pudor algunos símbolos franquistas en la red, le costó un disgusto; aunque él se esforzara por rebajar la situación calificándola como algo «pintoresco». La tricolor ha sido otro de sus grandes caballos de batalla, y frases como «decir que la bandera republicana es buena, es que habrá gente que podrá interpretar que legítima era la otra, porque ha estado 40 años», o «la República, pues llevó a un millón de muertos», le han hecho ser muy consciente de que su crudeza dialéctica es capaz de levantar algunas ampollas entre la ciudadanía. Él mismo se encargaba hoy de dejar bien claro, tras ser nombrado portavoz, de que él es como es y de que a estas alturas poco va a cambiar.

Otros temas de gran calado, como las secuelas que ha dejado la endémica crisis económica, han sido muy utilizados por Hernando en su peculiar campaña de confrontación. «Los casos puntuales de desnutrición en España son una responsabilidad que corresponde a los padres», una frase incendiaria que conseguía herir más sensibilidades cuando añadía que era «repugnante» utilizar a los niños para hacer «demagogia política». También se convirtió en uno de los más belicosos enemigos de los escraches, a los que llegó a comparar con los actos cometidos por organizaciones terroristas.

El trato que ha mantenido con los socialistas también le ha supuesto alguna que otra mancha en su currículo. Rememorado será el suceso que tuvo lugar en el año 2000, cuando tuvo que ser sujetado para evitar no agrediera a Rubalcaba a la salida de una sesión parlamentaria. Agresividad física que acompañó con palabras tan incendiarias como: «Eso no me lo dices a la cara». Su campaña contra los socialistas ya comenzaba en 1997, cuando aseguró en TVE que se habían borrado vídeos de Felipe González con Luis Roldán, un hecho que poco después se demostró que era completamente falso. Esta aversión a los socialistas, a la izquierda en general y sobre todo a todo aquel osado que se atreva a llevar la contraria a su propio partido, promete propiciar grandes momentos en el Congreso, donde tendrá que lidiarse en duelo contra el otro Hernando, Antonio, el portavoz de los socialistas y su futuro rival en la cámara española.

La justicia tampoco ha sido gran amiga del nuevo portavoz de los populares. En el 2012, el diputado calificaba al magistrado Santiago Pedraz como un «pijo ácrata», después de que este enmarcara la protesta del 25-S en el derecho a la libertad de expresión, reprochando a la Policía sus «excesos». Baltasar Garzón tampoco se ha librado del dedo acusador de Hernando, quien se atrevió a tildar al exjuez de «payaso ilustrado».