Carod Rovira asegura que Pujol confesó para no ver cómo le detenía la Guardia Civil

Europa Press

ESPAÑA

El exvicepresidente de la Generalitat asegura que un dirigente de CiU le confesó que las comisiones a las obras públicas para financiar el partido eran del 5 % y no del 3%

29 ago 2014 . Actualizado a las 15:58 h.

El exvicepresidente de la Generalitat catalana Josep Lluis Carod Rovira considera que, antes de ver «la imagen letal» de la Guardia Civil deteniéndole, Jordi Pujol decidió reconocer públicamente que tenía «una herencia millonaria» en el extranjero. El exvicepresidente de la Generalitat catalana Josep Lluis Carod Rovira ha asegurado que él denunció en su día, antes que Pasqual Maragall lo del «tres por ciento», en alusión al supuesto porcentaje con el que se gravaban las obras públicas en forma de comisiones para financiar CiU, y «alguien muy importante» de Convergencia le dijo que era «el cinco por ciento».

En una entrevista concedida a Radio Euskadi, Carod Rovira ha asegurado que, con todo «su afecto» a Maragall, el primero que habló «del tres por ciento» en el Parlament fue él. «Unos años antes, yo hablé del tres por ciento, lo que pasa es que, por aquel entonces, ERC éramos cuatro y el gato, éramos muy pocos diputados, y nuestro peso en la sociedad catalana y en el Parlamento era más bien modesto», ha apuntado.

No obstante, ha apuntado que recuerda algo que »le tocó muy directamente« y es que, cuando él denunció lo del porcentaje del tres por ciento, »unos años antes de lo que hiciera el presidente Maragall, al terminar la sesión« parlamentaria, «alguien muy importante» de CiU se acercó a él, para decirle: «Esto que has dicho es mentira, es una injuria, una infamia y esto no es cierto. No es el tres por ciento, que yo sepa es el cinco por ciento».

«Yo me quedé atónito porque lo que más me sorprendió fue la impunidad con la que se trataban estos temas. Entonces, uno se veía como un grano de arena en un desierto inmenso, como una pequeña hormiguita en un zoológico y sin medios para poder investigar ni hacer nada», ha añadido. A su juicio, «esto no es el final solo el final político de Pujol», sino que supone »el final de la transición política española en Cataluña, el final de unos políticos incuestionables, de unos métodos utilizados a partir de mayorías absolutas que son absolutamente intocables, que confunden mayoría absoluta con impunidad absoluta, que indentifican el país y las instituciones con un partido, con una persona, con una familia, etc».

Pero, a su entender, esto va más allá, porque «se ha ido al garete el perfil de los partidos políticos de la transición, es decir, unos objetivos políticos mediocres y poco ambiciosos»«. «Y lo que viene de regeneración e higiene democrática es positivo», ha apuntado.

«Un mazazo»

Carod Rovira ha asegurado que el caso Jordi Pujol ha sido «un mazazo en medio de la cabeza», porque a todo el mundo le habían llegado los rumores sobre posibles «actividades irregulares, ilícitas y delictivas» de su entorno familiar y pensaban que la actitud del expresident era «mirar hacia otro lado», porque «no había ningún dato concreto».

A su juicio, esto ha sido «más un golpe moral que político» y ha destacado que Pujol «se había hecho familiar en todas partes» de la Comunidad Catalana y casi formaba parte «del paisaje de Cataluña», fue muchos años presidente, catalanista, demócratas, europeista, antifranquista, persona moderada en sus planteamientos, y «lo tenía casi todo». Además, ha recordado que «hacía gala públicamente de sus convicciones religiosas, y daba lecciones de ética y moral».

Asimismo, ha señalado que antes se le llamaba, con connotación positiva, «el Pujol poliédrico (con muchas caras)», algo que en este momento se hace realidad de otra forma, porque parece que «hay un aspecto» de él «que nadie conocía». También ha recordado que, si esto se sabía antes, se ha ocultado mientras el expresident «no cuestionaba la integridad territorial» del Estado español.