A Felipe González le acompaña polémica, y cada una de sus últimas intervenciones ha generado un sinfín de reacciones en contra. Si su posicionamiento a favor de una gran coalición PP-PSOE provocó una respuesta de Rubalcaba que obligó al expresidente del Gobierno a rectificar, sus críticas al programa de Podemos y su emergencia electoral suscitó ayer la censura de dirigentes de otras formaciones de izquierda, como la de Gaspar Llamazares, quien lo acusó de menospreciar a los ciudadanos que votaron a la candidatura que encabeza Pablo Iglesias.
En un acto organizado por la Fundación Alternativa, ligada al PSOE, Felipe González reconoció que existe un malestar mundial por el crecimiento de la desigualdad, pero afirmó que reacciones como la que han llevado al éxito electoral de Podemos son una moda que pasará pronto. «La alternativa bolivariana sería una catástrofe sin paliativos; si llega, yo tendré el consuelo de decir que yo ya lo dije», argumentó González en alusión a algunas de las propuestas de Podemos y al hecho de que Pablo Iglesias asesoró en su día a Hugo Chávez.