Joaquín Leguina: «Pedimos a Felipe González que se movilizara para evitar este desastre, pero no quiso»

Redacción / La Voz

ESPAÑA

28 may 2014 . Actualizado a las 10:30 h.

Quizás el mayor crítico con Zapatero desde dentro del PSOE, Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, entiende que el mayor error del partido tras la pérdida del Gobierno en el 2011 fue no cortar por lo sano con la etapa anterior y emprender un proceso de regeneración interna. «Deberían haber hecho un entierro de primera al zapaterismo», apuntó ayer en una entrevista en el programa Vía V, en el que criticó la excesiva prisa que se tuvo por convocar un congreso extraordinario menos de tres meses después de haber perdido las generales, que a su entender explica la severa derrota sufrida por los socialistas el domingo.

Resultado que atribuye a la famosa «herencia» del expresidente, «que vamos a tener que deglutir durante mucho tiempo», y no tanto a Rubalcaba, del que elogió su etapa en el Gobierno de Felipe González y al que solo le encuentra un pero: «Es más táctico que estratega».

Aunque no se quiso mojar sobre cuál es su favorito en la carrera que se abre ahora para elegir un nuevo líder socialista, Leguina sí tiene claro que debería ser «un secretario general de transición, que no pensara inmediatamente en lo que va a hacer en las próximas elecciones sino en arreglar la casa por dentro». Sobre el nombre que suena en todas las quinielas y la cara más visible del PSOE actual, Susana Díaz, el que fuera diputado socialista subraya que la presidenta andaluza «de tonta tiene poco», aunque le reprocha que «nunca ha trabajado en nada fuera» del partido y le recomienda «que se modere y no trate de imponer el modelo andaluz al resto del partido, porque no funcionaría».

Lo único que tiene claro respecto al futuro es que la nueva dirección debe recuperar a personas relevantes de la «vieja guardia», como el exministro Solchaga o al propio Felipe González, al que no ve como secretario general, pero al que, insistió, «hay que escuchar de verdad». De hecho, reveló que parte de los integrantes de esa vieja guardia, que siguen reuniéndose, pidieron en su momento al expresidente «que se movilizara antes de este desastre, pero no quiso», alegando que ya había realizado su contribución al partido.

Pacto con el PP sobre Cataluña

Con González, coincidió en la idea de que PP y PSOE deberían ser capaces de llegar a acuerdos, si no para gobernar, sí para hacer frente al desafío catalán, frente al que pidió «contundencia ideológica y jurídica», antes de calificar la consulta prevista como «una ilegalidad, un delito». «Y ya sabemos lo que les pasa a los delincuentes», apuntó, para recordar que «no es la primera vez que ERC monta un pollo: en 1934 salieron al balcón y proclamaron un Estado catalán; poco después estaban en la cárcel».

En plena promoción de su libro, Zapatero, el gran organizador de derrotas, Leguina cree que el Estatuto catalán es la peor herencia que dejó el expresidente, pero también criticó con dureza que no se remangase para reformar un sistema fiscal «que carga el 80 % del IRPF sobre asalariados que representan el 45 % de las rentas». De su legado solo salva la ley contra la violencia machista y la de dependencia, aunque censura que no planificara adecuadamente su financiación.