Xosé Manuel Beiras arrancó su intervención confesando que sentía «noxo» por pertenecer al mismo «xénero humano» que el presidente de la Xunta, al que acusó de «erixirse no que detenta o poder lexislativo, executivo e xudicial para xulgarse a si mesmo» como en el antiguo régimen previo a la Revolución francesa.
Llegó a comparar irónicamente a Feijoo con «Cécile de Volanges a seducida», el personaje de la Francia prerrevolucionaria retratada en las Amistades peligrosas, porque en su caso fue seducido por la opulencia del narco Dorado.
Referencias al público
El punto álgido de la primera intervención del dirigente de la coalición Alternativa Galega se produjo cuando recordó con unas palabras a las víctimas de la drogadicción, levantando su mirada para el público que asistía a la sesión, entre el que se encontraban varias mujeres que habían sufrido en sus familias aquel drama.
En ese instante se quedó, visiblemente emocionado, sin voz: «Faime vostede chorar de noxo, de carraxe e de indignación», confesó, tomando aliento, mientras sollozaba.
Beiras también le espetó al jefe del Ejecutivo que «a ética debe ser o fundamento da política, e eso a vostede impórtalle un nabo». Y concluyó su último turno mostrando una declaración escrita, firmado por personas de Arousa, para pedir formalmente la dimisión del presidente de la Xunta.