Rajoy sale vivo del reto más difícil

E. Clemente / G. Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Rajoy debate

Rubalcaba estuvo más incisivo que en anteriores debates, pero el líder del PP consiguió ponerlo a la defensiva al recordarle su pasado

21 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El debate fue mucho menos intenso de lo previsto y no despejó las dudas planteadas.

¿Quién ha sido el ganador del debate?

Rajoy estuvo más a la defensiva de lo que lo ha estado ningún presidente en un debate de la nación. Pero el haberse presentado a este duelo arrastrando unas cifras de paro pavorosas, y con su partido sumido en un escándalo gravísimo de corrupción, hace que el mero hecho de salir vivo y sin apenas daño del debate suponga un claro triunfo. Rajoy se mostró inteligente al tomar la iniciativa, presentando de salida nuevas reformas y medidas contra la corrupción. Y estuvo también acertado en el tono, huyendo de todo triunfalismo -algo que habría sido desastroso con casi seis millones de parados-, pero destacando a la vez las cifras positivas.

¿Supera Rubalcaba la reválida en el PSOE?

Rubalcaba estuvo más incisivo que en anteriores debates, pero en ningún momento dio la impresión de poner contra las cuerdas a Rajoy. Al contrario, se situó por momentos a la defensiva, reconociendo que no hizo nada contra los desahucios y admitiendo que el PSOE fue condenado por financiación ilegal. Algo que le afearon en su propia bancada. Estuvo brillante diciéndole a Rajoy que no puede gobernar pendiente de Bárcenas, pero su petición de dimisión quedó descafeinada al haberla planteado con anterioridad. El propio PSOE esperaba un ataque mucho más directo contra la corrupción del PP.

¿Ha servido el debate para aclarar las dudas sobre la corrupción?

Como era de esperar, Rajoy no dio explicaciones sobre el caso Bárcenas. Siguió sin citar su nombre, no habló de los supuestos pagos a la cúpula del PP ni aclaró si estuvo en nómina del PP hasta diciembre. Pero tuvo la habilidad de adelantarse a las críticas de la oposición con un discurso rotundo contra la corrupción. Y, lo más, importante, con una batería de medidas y cambios legales, en principio interesantes, cuyo alcance habrá que valorar cuando se conozcan los detalles. Se centró más en anunciar lo que hará en el futuro para que escándalos como el de Bárcenas no se repitan que en explicar lo que ha pasado.

¿Despeja el presidente la incertidumbre sobre la salida de la crisis?

No. Es una cuestión de fe en la palabra del presidente. Pero Rajoy supo articular un relato estructurado: recibió una herencia desastrosa -a la que culpó de los seis millones de parados-, y en estos 14 meses ha puesto las bases del futuro crecimiento y la creación de empleo (los sacrificios verán sus frutos dentro de un año) y ha evitado el naufragio total de España. En una frase que quedará en el recuerdo, se atribuyó el haber «conquistado la oportunidad de poder plantearnos el futuro». Incluso presentó como un mérito excepcional el incumplimiento de su programa electoral para cumplir con su deber. La «segunda generación de reformas», es decir, el paquete de medidas anunciadas, son en muchos casos promesas incumplidas que ahora vuelve a poner sobre la mesa. Faltó, por ejemplo, un plan de choque contra el paro, que circunscribió al juvenil.