Rajoy intenta tapar el caso Bárcenas con duras medidas anticorrupción

G. Bareño / E. Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Rajoy dijo que gracias a sus medidas España tiene un futuro del que carecía hace un año.
Rajoy dijo que gracias a sus medidas España tiene un futuro del que carecía hace un año. Benito Ordóñez< / span>

Anuncia un déficit por debajo del 7 % y presenta una «segunda generación de reformas»

21 feb 2013 . Actualizado a las 12:18 h.

«Hoy tenemos un futuro y hace un año no lo teníamos». Sobre esa idea construyó ayer su discurso Mariano Rajoy, en un debate sobre el estado de la nación marcado por la sombra de la corrupción. Era sin duda el debate más difícil que ha afrontado en su carrera política y la impresión general, más allá de que ganara o perdiera, es que el presidente sale vivo del trance. Consciente de la imposibilidad de mostrarse triunfalista en una país con casi seis millones de parados, utilizó constantemente el recurso dialéctico de enumerar los datos económicos que a su juicio han mejorado durante su mandato y que invitan al optimismo futuro, pero añadiendo siempre la muletilla de que «no es suficiente».

«Nada de brotes verdes, ni nubes pasajeras, ni anticipos primaverales», señaló, aunque no dudó en presumir de que gracias a él «España tiene ya la cabeza fuera del agua». Frente al aluvión de críticas a su gestión y las propuestas planteadas por Alfredo Pérez Rubalcaba, se limitó a negarle cualquier autoridad moral para plantearlas por haber pertenecido al Gobierno de Zapatero, al que endosó la responsabilidad de todas las duras medidas que ha tenido que adoptar y que han supuesto «sacrificios y sufrimientos» para los españoles. Pese negar que utilice la herencia recibida como «burladero», acudió una y otra vez a ella para explicar la «dramática» situación actual.

Pero Rajoy era consciente también de que, con su partido inmerso en el mayor escándalo de corrupción de su historia, no podía limitarse a un informe burocrático. Por ello, se esmeró en presentar una larga batería de medidas en contra de una corrupción que, según dijo, le «repugna» y propuso un amplio acuerdo a la oposición en esta materia.

Medidas anticorrupción

No nombró a Bárcenas. Aunque no lo citó, las medidas que planteó Rajoy contra la corrupción parecían diseñadas en función del caso Bárcenas. Entre ellas figura precisamente que los tesoreros de los partidos no solo respondan ante el Tribunal de Cuentas, sino también ante el Congreso, en donde deberán comparecer cada año para explicar el empleo que dan a las subvenciones recibidas. Y también la de extender a los partidos, sindicatos y organizaciones sociales las medidas que contempla la ley de transparencia. Tachó de «insidia» el que se diga que en España hay un «estado generalizado de corrupción», pero admitió que el clima «empieza a ser irrespirable». Cuando Rubalcaba lo atacó por ese frente, Rajoy le contestó secamente que el PSOE es el único partido condenado por corrupción. Con todo, la refriega por el caso Bárcenas fue mucho menor de lo esperada.

Economía

Por debajo del 7%. Aunque admitió que mientras no se cree empleo y se reduzca el paro «lo demás no puede servirnos de consuelo», Rajoy se reservó para el debate el anuncio de que el déficit de España en el 2012 se situó por debajo del 7 %. Aunque el compromiso asumido con la UE era dejarlo en el 6,3 %, el Gobierno sabe ya que Bruselas se conformará con ese 7 %, por lo que se permitió decir que «el compromiso está cumplido». El otro dato del que presumió es el de que la balanza comercial presenta ya superávit, con lo que el país no tiene ya necesidad de financiación exterior. «Los españoles hemos demostrado que merecemos que se nos ayude, no que se nos dirija», dijo. De cara al futuro, presentó una «segunda generación de reformas» para impulsar el crecimiento.

Cataluña

Acusa a Mas de deslealtad. Acusó de «deslealtad constitucional» al presidente catalán Artur Mas por plantear un referendo independentista, aunque se mostró abierto al diálogo. Pidió a CiU que actúe con «sensatez» y buscando «el mutuo entendimiento desde el respeto a la pluralidad. «No es bueno negarle a los catalanes su derecho a ser españoles y europeos», dijo.