Actores desde el babero hasta la facultad

XINZO DE LIMIA

CEDIDA

El grupo teatral Aneis Mozos de Xinzo se separa tras transitar de la niñez a la juventud durante 15 años

06 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho jóvenes limianos entonaron, tras 15 años, su último hurra sobre las tablas. El grupo Aneis Mozos de Xinzo cerró su carrera como compañía escenificando una obra Catarse, que recrea su propia trayectoria como conjunto aficionado y como una comunidad de amigos que han transitado por este viaje vital que les ha llevado desde el chupete hasta la universidad.

Y es que la mayor parte de sus integrantes, de entre 17 y 19 años, acumula tres lustros sobre el escenario. Han representado comedias, dramas, algún que otro policíaco y mucha pieza costumbrista. Pero la edad marca sus pautas. Es hora de dejar Xinzo y en empezar a pensar en labrarse una carrera en la universidad y en afrontar las exigencias de la incipiente madurez. Ley de vida, la compañía se deshace y cada cual debe irse por su lado.

Jésica Cid comenzó con tres años. «Mis padres me llevaron. Era una niña muy tímida y querían que me soltase un poco», rememora. Y añade: «Al principio cantábamos y jugábamos, pero luego, con el paso de los años, fuimos aprendiéndonos los textos y los diálogos». La bisoñez de los pipiolos no fue óbice para que grupo saliese con el tiempo a exhibir su labor fuera de Xinzo. Oporto, Bilbao, Vigo, Ourense y, por supuesto, casi toda la comarca de A Limia, acogieron algunas de sus escenificaciones.

Otra de las integrantes, Lidia Lozano, remarca la trascendencia de esta actividad para la socialización de los niños. «Es muy importante hacer teatro para aprender a hablar en público y para relacionarte con otros pequeños».  A selva, A galiña azul, Segredos fueron algunos de los títulos con los que abrieron el telón cuando eran inexpertos intérpretes...

El reto fue a más cuando la alma mater, director, autor, tramoyista y cerebro de la agrupación Aneis de Xinzo, Manoel Fontemoura, incitó a las niñas a superar cualquier resquicio de pánico escénico no con una, sino con dos tazas de caldo histriónico. Todos y cada uno de los ocho componentes del grupo debió arrancarse durante los pasados años con un desafío adicional: el monólogo en bares y cafeterías: «Aquello exigió mucha dedicación, pero conseguimos sacarlo adelante».

Lidia, Jésica, Ana, Yésica, Sabela, Noelia, Alba y Rodrigo, el único varón del elenco, tienen claro que no olvidarán esta trayecto actoral que marcó su primera etapa como personas. «Volveremos a colaborar con el grupo Aneis en Navidades o en cuanto podamos estar algunos días por aquí», remarca Jésica. Tras todo lo vivido, los componentes refrendan unánimemente: «Por supuesto que recomendamos a los padres de Xinzo que traigan a sus niños a la compañía, es algo muy positivo para su aprendizaje y para su formación».

Con todo, el relevo ya está dado. Aneis Mozos ya tiene herederos. Una nueva camada de miniactores ya se está haciendo hueco sobre los escenarios, de la mano del infatigable Fontemoura. Obras como Somos piratas, Chegamos ao espazo o Somos piratas van a seguir poniéndose en escena durante los próximos años por Aneis Picariños, el grupo mini de la compañía teatral. El revoltoso elenco, con edades entre los 2 y los 4 años, tiene todo el futuro por delante para emular a sus hermanos mayores.