La mancomunidad de A Limia liquida sus cuentas tras 9 años de su disolución

sindo martínez XINZO / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Once municipios se repartirán 90.000 euros que quedaban en el banco

07 oct 2015 . Actualizado a las 16:39 h.

El largo proceso de liquidación definitiva de la Mancomunidad de municipios de A Limia, cuya disolución se inició en 2006, afronta su recta final tras casi una década de burocracia, recursos e impagos. Alcaldes de los once concellos de la antigua mancomunidad se reunieron ayer en

Xinzo para repartir los restos de lo que queda del organismo, unos 90.000 euros.

Ese reparto se llevó a cabo en función de criterios poblacionales, después de descontar antiguas deudas. De esta forma, Xinzo será el Concello que se lleve la mayor parte del pastel, con 37.000 euros, mientras que otros como Baltar, recibirán unos 4.000.

La mancomunidad limiana nació a principios de los años 90 y desde el primer momento, los problemas y los localismos lastraron su desarrollo. El organismo, presidido inicialmente por el exregidor de Xinzo, Isaac Vila y luego por los exalcaldes de Os Blancos, José Antonio Rodríguez Ferreiro, el de Vilar de Barrio, Julio Pérez Carballo, y, de nuevo, Os Blancos, José Juan Puga, tuvo tres lustros de agitado funcionamiento.

Los rumores de enchufismo en la contratación de empleados, el alto coste de algunos servicios y las propias diferencias entre los regidores sobre el papel de la mancomunidad antelana restaron operatividad al ente con el paso de los años. Una traumática huelga de los trabajadores del servicio de recogida de basura en 2005 desencadenó el final de la mancomunidad cuando los alcaldes decidieron disolverla. Los concellos y la Diputación asumieron la veintena de empleados y también los servicios que prestaba (recogida de residuos, recaudación de tributos y servicios sociales).

Sentencia

Cuando todo parecía resuelto con la propuesta de liquidación, los representantes legales de los empleados pleitearon, reclamando atrasos salariales. La cuestión se demoró hasta 2010, cuando el TSXG anuló algunos de los términos de esa liquidación y reconoció el derecho de los trabajadores a cobrar esos atrasos.