La despoblación de la provincia deja sin usuarios los autobuses

La Voz OURENSE / LA VOZ

VILAR DE BARRIO

Santi M. Amil

Las líneas que hacen el servicio de la ciudad a los pueblos registran poca demanda

25 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El servicio de transporte de viajeros por carretera afronta un futuro complicado e incierto. Las empresas del sector han renunciado de forma masiva a las concesiones de líneas y las nuevas condiciones que se afrontarán en el horizonte 2019-2020, con el nuevo concurso de adjudicaciones y las normas que ha impuesto la UE -que entre otras cosas abre la posibilidad de optar a las compañías de cualquier país-, auguran un panorama incierto. En el caso de la provincia de Ourense el sector hace años que trata de capear el temporal conjugando las concesiones o servicios más rentables, o los contratos del transporte escolar, con las líneas deficitarias. La despoblación y el abandono del rural son el principal enemigo de una actividad que vivió sus buenos tiempos hace décadas.

En la estación de autobuses de Ourense el panorama recuerda poco a los buenos tiempos: taquillas cerradas, poca actividad en la entrada y contados usuarios esperando por la salida de algunos autobuses. El que cubre el trayecto Ourense-Amoeiro solo cuenta con un pasajero y el conductor apunta que lo normal es la escasa afluencia: «Un, tres, como moito nove. Moitas veces ningún. Está claro que é unha liña deficitaria». José Antonio Pérez, el único viajero que sale desde la estación, corrobora la situación: «Eu usoo un par de veces á semana e non vai moita xente. Supoño que lles cubrirá co do transporte escolar, que tamén o fan, porque senón é imposible que lles compense».

Idéntica situación presenta el autobús para Xinzo y Vilar de Barrio. Servando Fernández, el conductor, apunta que por la semana la demanda es poca. «Os venres si que hai uns oito fixos, e logo pode vir algún máis, pero non son os tempos de antes». María Felicidad Rodríguez, la única ocupante del autobús a escasos minutos de la salida, reconoce que no es usuaria habitual: «Pasan meses dende que o collo unha vez ata a seguinte. É o que hai. Antes tiñamos mellor servizo porque en Vilar de Barrio paraba o tren».

José Murado cubre el trayecto Ourense-Ponte Barxas y tiene una media de una decena de personas: «Normalmente unhas dez persoas case que son fixas. Aquí sube unha e logo ao resto fanno na parada do Couto. Como pasamos por Castrelo de Miño, Ribadavia e Cortegada sempre hai uns 10 ou 12 fixos». Jesús Vázquez, que vive en París desde hace décadas y viene a esperar a unos amigos, recuerda los buenos tiempos de las líneas de transporte: «Son dun pobo de Entrimo e agora por alí xa non pasa nin para nada. Ao mellor algún autobús o xoves, porque van á feira a Celanova».