Una ruta paralela al río Sil a la que aún le falta infraestructura

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

VILAMARTÍN DE VALDEORRAS

LOLITA VÁZQUEZ

La creciente afluencia de peregrinos en el Camiño de Inverno ha provocado que varios emprendedores están planteando albergues privados en la ruta

26 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Acaba de entrar en la Lei do Patrimonio de Galicia. Y ese «acaba» es del todo reciente. La semana pasada quedaba oficializado el Camiño de Inverno como ruta a Santiago. Es todavía el inicio de lo mucho que deberá ser el desarrollo de un camino al que todavía le falta infraestructura. Puestos a pedir pueden ser muchas las carencias, pero las básicas pasan por conseguir una buena limpieza del trazado, la mejora de la señalización -todavía sin colocar entre Vilamartín y A Rúa- y la apertura de más albergues. Cierto que se está trabajando en ello, desde el ámbito privado y también desde el público... pero todavía le falta.

Carece de infraestructuras, pero le sobra encanto. Y no sufre masificación. Eso es bueno, y es precisamente lo que buscan muchos de lo que escogen el trazado, según explican los que tratan con los peregrinos. Es el Camiño de Inverno, que sigue el trazado Francés hasta Ponferrada para después enfilar hacia Valdeorras, que es su entrada a Galicia. Sigue después hacia tierra lucenses por Quiroga en dirección a Monforte. Lo hacen siguiendo un trazado que no siempre es fácil de hacer, pero que destaca por su belleza. El río Sil es muchas veces el compañero de viaje del peregrino. Necesario a veces incluso para no perderse. En el tramo valdeorrés, por ejemplo, la señalización todavía es precaria en el tramo que va de Vilamartín a A Rúa. Están las flechas amarillas, pero faltan los mojones. Además, en algunos puntos la limpieza del recorrido no es del todo buena. «Estamos en Galicia, non se pode desbrozar unha vez ao ano... porque a vexetación medra e cubre o camiño», denuncia Asunción Arias, presidenta de la asociación Amigos do Camiño por Valdeorras. No habla tanto del oriente ourensano como de un tramo ya saliendo hacia Lugo, en Quiroga. «Os propios peregrinos quéixanse, porque din que está impracticable. E iso non pode ser», añade.

Además, todavía falta por marcar las alternativas para los que usan la bicicleta. Reconoce que hay puntos del trazado señalizado que no se pueden hacer sobre dos ruedas. Ya no digamos para gente con discapacidad. Ella misma, con problemas de movilidad, quiere convertirse en un ejemplo de denuncia para mejorar la situación. El próximo mes hará el recorrido desde A Rúa hasta Santiago en burra. No está siendo fácil. Asegura que a día de hoy es complicado encontrar espacios en los que poder dejar animales, aunque reconoce ayuda de otras asociaciones para encontrar granjas que puedan servir de lugares de acogida para ella y el animal durante el recorrido.

¿Y en Valdeorras, dónde se duerme? En Carballeda (el Camiño de Inverno entra por este concello y también por el de Rubiá) está planeada la construcción de una infraestructura, aunque de momento solo es un proyecto. Por eso, allí un hostelero ofrece una vivienda como lugar de descanso para los peregrinos, según explica Arias. En O Barco está el albergue municipal de Xagoaza, en un enclave con unas vistas privilegiadas, que en cambio muchos peregrinos descartan porque para llegar es preciso desviarse un par de kilómetros del trazado (y eso, cuando uno lleva mucho recorrido en las suelas, tira para atrás). Antes, en el pueblo de Éntoma, también está previsto un albergue, este de iniciativa privada. Siguiendo el camino, en Vilamartín está la instalación municipal; y ya en A Rúa, los peregrinos pueden usar el pabellón municipal para dormir u optar por el albergue privado de Arias en Fontei. Pero no son las únicas alternativas. La presidenta de Amigos do Camiño asegura que varios hostales y hoteles reciben a numerosos peregrinos como clientes.

¿Y quiénes son los peregrinos? «Xente de todas as idades, e de todos os perfís; en bicicleta, a pé...», cuenta Juan Lamas, del restaurante O Pillabán de Fontei, donde los peregrinos paran para sellar su credencial, que después en Santiago le dará derecho a la Compostelana. Es, dice, gente que busca «variantes novas» porque ya ha hecho el Camiño otras veces. Estos meses son menos. «Fai moito calor, aquí funciona mellor no inverno», cuenta. No en vano, el trazado es la forma de evitar O Cebreiro nevado.

Sale a la venta la tercera edición de la guía sobre el trazado, de José D. Rúa Pérez

Recién salida de la imprenta y con numerosos cambios. Así es la tercera edición de la guía del Camiño de Inverno, de José D. Rúa Pérez, publicada por editorial A Pena D’Agua. Las novedades respecto a los ejemplares anteriores arrancan en los propios mapas del trazado, que se han hecho de mayor tamaño y con más detalle. «Asimismo, se han actualizado algunas modificaciones que ha sufrido el trazado del Camino y, sobre todo, se ha cuidado mucho toda la información relativa a los ciclistas», resalta el autor en la presentación.

La guía destaca que, frente a otros trazados, en este hay muchos tramos que discurren alejados de pueblos y aldeas, por lo que es preciso que el peregrino conozca el recorrido antes de emprender la caminata para poder así dosificar sus fuerzas y establecer los horarios de marcha. Reconoce que la falta de una delimitación oficial -para tener el trazado definitivo reconocido por la Xunta faltan todavía varios años-, hay «gran número de variantes» en el trazado, por lo que ha optado por las más frecuentadas.

El libro incluye también información sobre los servicios básicos o los locales de hostelería que el peregrino se va encontrando a su paso.