El plan director del Támega constata la contaminación del río en Verín

sindo martínez VERÍN / LA VOZ

VERÍN

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El documento pide mejorar la depuración para revertir la degradación fluvial

04 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El plan director del río Támega a su paso por el municipio de Verín certifica los problemas en el caudal y las riberas fluviales arrastrados desde hace años.

En 300 páginas, el documento realiza un pormenorizado análisis del estado del río a lo largo de casi 26 kilómetros y una extensión de 1.581 hectáreas. Fue encargado el año pasado por el Concello y elaborado por dos ingenieras de caminos, canales y puertos, Sabela Irene Rodríguez y Elena Fernández. El plan, que será presentado públicamente el próximo sábado, pretende ser la base sobre la que concienciar a la sociedad y a las administraciones públicas de la necesidad de dar un golpe de timón en el cuidado y preservación de la riqueza natural y paisajística del río.

La exposición oficial al pueblo verinense se enmarca dentro de un calendario de conferencias promovidas por la asociación cultural Monterrei, cultura y territorio, sobre el Támega.

Las conclusiones básicas no dejan lugar a dudas. La calidad del agua del río es mala. «Hay un alto grado de eutrofización, con una gran cantidad de algas. Se detecta una contaminación física y química importante en el agua por las deficiencias en la depuración y por la existencia de residuos sólidos y desechos procedentes de  actividades, entre ellas la agropecuaria, en esa zona», explica una de las redactoras, Sabela Rodríguez.

Otra de los problemas graves es que durante varios meses al año -los que se corresponden con el verano-, amplios tramos del río en Verín quedan secos. La inexistencia del llamado caudal ecológico (sobre todo en el cauce que discurre entre los pueblos de Tintores y Pazos) afecta gravemente a las especies que habitan en el río y en sus riberas. Otra dificultad añadida es la proliferación de especies invasoras, que también perjudica seriamente la vida animal y vegetal en el Támega y que aumentan la degradación de la vegetación de las riberas. La abundancia de acacias y del temido percasol (una especie tremendamente dañina para la fauna fluvial) contribuye a incrementar ese alarmante empobrecimiento medioambiental en el río.

El trabajo de campo de estas dos técnicas para perfilar el análisis y propuestas de este plan director se inició en agosto de 2015 y la redacción del documento concluyó el pasado mayo. La dos expertas han contado con la colaboración de ingenieros forestales, químicos y biólogos.

Lo que hay que hacer

¿Las recomendaciones para revertir este negativo panorama global? Las inversiones en aspectos como la mejora de la depuración o la eliminación de las invasoras son cuestiones reseñables. También se recomienda la habilitación de zonas de esparcimiento , el mantenimiento del caudal, el cuidado y limpieza del río o la adaptación y el cumplimiento de las normas europeas, que son otros aspectos importantes aludidos en el documento.

Rodríguez pone el acento en que es «imprescindible» que las medidas correctoras sean mantenidas «a medio y largo plazo». Y añade: «Es fundamental que la sociedad y los poderes públicos se impliquen en el cuidado y preservación del río. El consenso social debe presidir esas actuaciones de mejora del Támega por encima de planteamientos políticos».

Un cauce que nace en tierras de Laza y muere en Portugal

El Támega es un río que discurre por los municipios ourensanos de Laza, Verín, Monterrei, Castrelo do Val y Oímbra, antes de adentrarse en territorio luso y desembocar en Entre os Ríos, en la villa lusa de Penafiel. Es afluente del Duero, tiene una longitud de 145 kilómetros de los que 52 transcurren por territorio español. El nacimiento del río se ubica en un paraje de gran belleza natural, en Alberguería, en el término municipal de Laza, en la Serra de San Mamede, a casi mil metros de altura.