Los árbitros y la Guardia Civil perfilan el protocolo para paliar incidentes

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

TOÉN

<span lang= es-es >Protección</span>. La necesidad de que los colegiados puedan impartir justicia sin coacciones es valiosa y, además, también son deportistas que se juegan ascensos o descensos a final de temporada.
Protección. La necesidad de que los colegiados puedan impartir justicia sin coacciones es valiosa y, además, también son deportistas que se juegan ascensos o descensos a final de temporada. santi m. amil< / span>

La reciente agresión a un colegiado reactiva la alerta con vistas al final de los torneos

16 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La noticia de la agresión al árbitro encargado de dirigir el partido de Tercera Autonómica entre el Toén y el Cenlle volvió a situar bajo los focos la problemática de la violencia en los eventos deportivos, en especial, por lo que se refiere al fútbol y a la repercusiones de sus torneos, sobre todo en los momentos más importantes de cada temporada, los que comenzarán a acumularse a partir de ahora.

Desde la delegación provincial del Comité Técnico de árbitros, consideraron un hecho aislado el que afectó a un colegiado con años de experiencia en la máxima categoría provincial -candidato incluso de acceder a Preferente- y que había sido elegido para pitar en una cita de división inferior, en atención a que el cuadro local se jugaba una plaza de ascenso. Fueron, sin embargo, dos futbolistas visitantes los que forzaron un incidente lamentable, contra el cual está en marcha un protocolo que se optimiza de modo paulatino.

Esta misma temporada ya se han sostenido dos reuniones entre representantes del colectivo arbitral y de la Comandancia de la Guardia Civil. En una de ellas participó además Bernardino González Vázquez, actual presidente de la junta gestora que dirige el comité gallego. Se trata de una colaboración estrecha que ya se remonta a varias campañas deportivas y que incluye medidas como la de un teléfono de intervención rápida, en el caso de que las fuerzas de orden público no puedan hacer acto presencial en un determinado recinto balompédico.

Y es que, ante la imposibilidad de asistir a todos los encuentros de los calendarios competitivos, sí se establece un orden prioritario en cuanto a las convocatorias que aconsejan una vigilancia más estrecha, sea por efecto de rivalidades deportivas o por la trascendencia de partidos que pueden decidir títulos, ascensos o descensos.

También se ha concentrado esa colaboración en localizaciones susceptibles de albergar un mayor número de conflictos. Así existen estadísticas a nivel nacional que han tasado en el 80 % el número de agresiones registradas contra árbitros en categorías como la Segunda y la Tercera Autonómica. La dificultad de contar con fuerza pública en buena parte de esos campos y un nivel menor de profesionalización en los protagonistas a esos niveles parecen causas evidentes para que se aumente un riesgo que se intenta minimizar en todo caso.