El rural, ¿en riesgo de exclusión?

d. portela / c. andaluz OURENSE

SARREAUS

Daniel Portela

El centro de desarrollo O Viso, en Sarreaus, trabaja para que los pueblos no sean solo un lugar para visitar

07 jun 2017 . Actualizado a las 11:04 h.

«Acompañar a la gente del medio rural limiano en procesos de desarrollo que asumen el desafío de hacer crecer a toda persona y a todas las persona». Esta es la misión del Centro de Desenvolvemento Rural O Viso, situado en el concello de Sarreaus. No es una idea nueva, afirma Antonio R. Corbal, uno de los promotores del proyecto. Se trata de recuperar lo que toda la vida se ha hecho en las zonas rurales: «Se queriamos ter luz ou auga xuntábase a veciñanza e facíase. Mais alá de cousas privadas, hai cousas comunitarias. Nós recollemos a idea. O obxectivo é mellorar a calidade de vida da xente que está no medio rural. Os da cidade cando veñen din que isto é vida, pero os que estamos aquí respiramos soidade, abandono, morte... Todo o que sexa promover que a calidade de vida do rural mellore é o obxectivo. Queremos converter o medio rural en habitable, non só en visitable», afirma.

La aportación de los usuarios y las ayudas públicas hacen posibles diversas iniciativas. Acciones que, en este caso, no se programan porque surgen de las necesidades reales de los vecinos. En parte, ahí radica eléxito. «A nosa maneira de traballar é que na necesidade hai unha potencialidade», afirma Corbal para apuntar que son los propios usuarios los que van dando contenido a cada una de las ofertas. «O máis satisfactorio do día a día é a xente. Temos a sorte de traballar coas persoas. Algunhas viven soas e chegar a súa casa co servizo de comedor comunitario ou co de terapia, fisioterapia ou acompañamento e ver a súa satisfacción é clave. A súa cara, o seu agradecemento... É unha fortuna traballar con eles», relata.

El centro de desarrollo cuenta con un comedor comunitario y también lleva la comida a la casa de aquellos que así lo prefieren. Además presta servicios de lavandería, acompañamiento médico y todo aquello que soliciten los usuarios.

Memoria

Otro de los aspectos importantes del proyecto es el valor que se da a la memoria y a la sabiduría de la gente que vive en el rural. En O Viso organizan talleres con niños en los que los usuarios son los maestros, los que enseñan. Porque una de las cosas claras que tienen claras en este centro es que las actividades no pueden segmentar a la población. «Para os maiores é unha inxección de autoestima. A cultura do medio rural sempre estivo desvalorizada. A cultura que aprendemos é a do urbano, non a do rural», afirma. Así, en el Centro de Desenvolvemento Rural O Viso pretenden que los mayores pueda ser autosuficientes durante el mayor tiempo posible. Y que si no lo son, puedan permanecer en su entorno, cerca del lugar en donde estuvieron la mayor parte de su vida. Por eso existe una residencia comunitaria con doce plazas donde se cuida a las personas que no pueden valerse por sí mismas. «Siguen na súa contorna, no seu medio. Poden seguir vendo a súa casa. Calquera modelo pode ser válido sempre que sexa parte da realidade da xente. Non vale facer algo que se fixo noutro sitio. Hai que atender á realidade», subraya Corbal.

Para que todo sea posible, afirman los responsables de este proyecto, hay que pensar que las utopías pueden hacerse realidad.

El comedor social es un gran apoyo para los mayores que tienen dificultades

Elena Blanco es terapeuta ocupacional y trabaja con los mayores en O Viso: «El objetivo principal es evitar el aislamiento que sufren en el rural y dotarlos de los servicios de los que carecen, para que estén en su entorno y en su casa lo máximo posible». Suplir sus carencias es el objetivo. Algunas, la mayoría, son físicas. Pero otras tiene que ver con la parte afectiva. «Actualmente, en el centro de inclusión, hay sobre cien personas Y si incluimos a sus familiares, que son beneficiarios indirectos, podemos triplicar esa cifra. El servicio más famoso es el de comedor, tanto en el centro como a domicilio, pero aquí también tenemos otros servicios como fisioterapia, podología o enfermería », subraya. «Nos dan el cariño que muchos no aprecian», dice Manuel, uno de los usuarios.

Talleres infantiles para hacer pan, pasear en burro y conocer la vida en el campo

En el centro de desarrollo rural O Viso organizan talleres infantiles para que los niños, sobre todo los de las ciudades, descubran secretos del rural. Es el Pueblo Escuela. Los mayores dirigen estos encuentros, en los que los niños aprenden a hacer pan o pasean en un burro. Se ha recuperado un horno del concello y algún material para poder enseñar a los pequeños cómo se trabajaba antes y el valor que tiene hacer las cosas con las propias manos. También pueden montar en un carro tirado por un burro, entre otras actividades. «Aos nenos gústalles moito porque se abren a outro mundo ao que non están acostumados, porque agora non todos os nenos teñen aldeas. O mundo do rural está esquecido», afirma Alberto, educador en O Viso. Los niños que no tiene aldea, pueden pedirse Sarreaus.

Una utopía posible para que los mayores no se marchen

El reto que se marca el centro es convertirse en un referente de la «utopía realizable». Lo hacen con una estrategia de desarrollo integral dirigida a los habitantes de los pueblos y que se concreta en acciones de carácter social, educativas, informativas, económicas, de formación y empleo. De este modo pretenden que una población vulnerable de la comarca de A Limia, los mayores del medio rural, permanezca en su lugar de origen en las mejores condiciones. Al margen de atender los servicios básicos, el centro organiza talleres de memoria. Pero también actividades dirigidas a evitar que el desempleo y la crisis obliguen a los vecinos jóvenes a emigrar.

Para aquellos que no pertenecen a la comunidad, organizan cursos de monitor de tiempo libre y un campamento de verano para niños de entre 4 y 12 años.