Al conductor del suceso de A Granxa, reincidente, el fiscal le pide cuatro años de cárcel

La Voz

SAN CIBRAO DAS VIÑAS

01 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El conductor del Seat León que el pasado viernes arrolló al verinense que estaba en la acera, en la calle Gómez Franqueira, estuvo una noche en los calabozos policiales, el sábado pasó a disposición judicial y quedó en libertad. Felipe G. G., de 33 años, presunto autor del atropello a una octogenaria el año pasado en la carretera de A Granxa, ingresó en prisión, de acuerdo con la petición que en tal sentido había formulado la fiscalía. Al margen de las responsabilidades penales que se depurarán en el correspondiente procedimiento judicial, en el caso del año pasado pesó el hecho objetivo de que el conductor abandonó el lugar tras el accidente y que era reincidente.

Las diligencias judiciales por el episodio del viernes están recién abiertas. La instrucción de las que corresponden al siniestro del pasado año ya están cerradas. Solo falta que se celebre el juicio y se dicte sentencia. El acusado, en cualquier caso, sabe que se enfrenta a una petición de condena que, de prosperar, supondría cuatro años de cárcel. Aparte de la pérdida del derecho a conducir durante un período de seis años. Al haber atendido la compañía Axa la indemnización a los familiares de la muerta, la responsabilidad civil probablemente se revisará en la vista oral.

Con el carné retirado

El ministerio público considera al acusado autor de un delito contra la seguridad vial y otro de conducción temeraria. El primero, por circular al volante de un coche pese a tener retirado el permiso de conducir durante diez meses, un plazo que había empezado a cumplir doce días antes del fatal accidente. El segundo, no solo por haber ingerido -según estima el fiscal- bebidas alcohólicas antes de las 21.20 horas, cuando se produjo el accidente, sino por las circunstancias que rodean al suceso.

Sostiene la fiscalía, en el escrito de acusación, que el imputado perdió el control del coche cuando subía por la carretera de A Granxa a una velocidad excesiva. Las señales limitan la velocidad a 40 kilómetros por hora. Perdió el control del turismo, se salió de la trayectoria, invadió el carril contrario y atropelló a la viandante, que falleció inmediatamente como consecuencia del impacto. Chocó con la cabeza contra el parabrisas y salió despedida 14,85 metros para caer sobre la acera. El conductor siguió su marcha, pese a que, como detalla la acusación pública, se veía obligado a sacar la cabeza por la ventanilla, pues no tenía visibilidad por el parabrisas delantero a causa del impacto.

Había sido detenido al día siguiente del suceso. El coche fue localizado en un taller de San Cibrao das Viñas.