Reclama 73.000 euros por la pérdida de un testículo al recibir una patada

La Voz OURENSE / LA VOZ

PUNXÍN

Santi M. Amil

La presencia de dos perros sueltos en la carretera dio lugar al suceso en Punxín

21 abr 2017 . Actualizado a las 07:57 h.

Que el 26 de julio del 2015 encajó Diego D. H. una patada, como que el golpe le ocasionó un fuerte dolor y posteriormente dio lugar a la extirpación de su testículo izquierdo, es algo sobre lo que ayer quedaron pocas dudas durante la vista de ese caso de lesiones cuya responsabilidad debe determinar la Audiencia. La defensa, que vería correcta una multa de 540 euros, mantiene que fue un accidente de inesperado e indeseado resultado, sin dejar de resaltar que, puestos a querer hacer daño, el acusado hubiera podido utilizar alguno de los aperos de labranza que llevaba consigo. En esa línea, Julio F. G. dijo «sentir muchísimo lo que le ha pasado» al joven que le había recriminado que llevara dos perros de gran porte sueltos por la carretera y le hubiera obligado a hacer una brusca maniobra con su furgoneta para evitarlos. Así empezó un lío que, de prosperar la petición de condena que formula el perjudicado, costará al autor de la patada seis años de cárcel y el pago de 73.000 euros de indemnización.

El afectado, Diego D. H., repartía pan aquel día. Iba al volante en una furgoneta por la carretera de San Esteban a Vilamoure, en Punxín. El acusado, un hombre conocido por su actividad en plataformas de defensa de animales como «Matar por matar non» contra la caza del zorro, llevaba dos perros sueltos en aquella ocasión. El chófer encontró de improviso a los animales y tuvo que maniobrar para evitarlos. El acusado dio entonces un golpe a la trasera de la furgoneta con una raqueta para insectos que llevaba en la mano. El conductor, que percibió el golpe, se apeó. «Bajó enfadado, como lo haría cualquiera», en palabras de la fiscala. Y recibió la patada. Una respuesta, a su juicio, reprobable.

Y aunque la defensa considera banal lo ocurrido con anterioridad al golpe, la representante del ministerio público no dejó de resaltar que toda la culpa del suceso fue del acusado. No solo por llevar sueltos los perros, sino por su reacción posterior. Seguramente «nada hubiera ocurrido, si hubiera pedido disculpas al conductor con un simple gesto con la mano», lamentó la fiscala.

A la hora de aportar información para que los magistrados valoren lo ocurrido, el letrado de la acusación particular -que actúa en nombre del perjudicado- subrayó que el imputado ha tenido gran número de altercados con sus vecinos y que, además, conoce artes marciales, es decir, el «arte de dar patadas», por lo que sabía perfectamente dónde y cómo hacerlo. Es por esta circunstancia por lo que, a la hora de la valoración de la responsabilidad penal, propone a la sala que valora como agravante el abuso de superioridad. Que sea cinturón azul de taekuondo y haya participado en torneos internacionales y autonómicos debería, en opinión del letrado, ser tenido en cuanto para valorar lo ocurrido.

La vista contó ayer con la asistencia de un nutrido grupo de residentes en Vilamoure, que querían de ese modo refrendar de qué lado están. De hecho, desde el Concello de Punxín se aportaron a la causa «más de mil firmas de vecinos» que, como resalta la acusación particular, censuran el carácter violento y amenazante del implicado en este suceso.

La fiscalía pide cuatro años de cárcel para Julio. Y el pago de 44.000 euros de indemnización al perjudicado. La acusación particular llega hasta 73.000 porque, aparte de los días de baja y el perjuicio estético, añade el impacto psicológico que tuvo en el joven afectado la extirpación quirúrgica de un testículo, aun cuando haya conservado las funciones exocrinas y endocrinas.

El perjudicado reclama seis años de cárcel para el acusado, experto en artes marciales