No se trata de echar las campanas al vuelo. La noticia es buena, pero de momento es solo una declaración de intenciones y todos sabemos que del dicho al hecho -especialmente en política- va un trecho. Me refiero al anuncio de la Xunta de que contemplará en un complemento para los trabajadores de Atención Primaria la variable del tipo de pacientes que atiendan. El objetivo es reconocer el esfuerzo de aquellos que tienen pacientes que requieren de más atención por las patologías que acumulan. Supongo yo que el anuncio sentará bien entre buena parte de los médicos y enfermeras ourensanos, especialmente aquellos que trabajan en el ámbito rural y que tienen a su cargo a una población tan colmada de años como de achaques. Me parece justo que al médico y la enfermera que, por ejemplo, atienden en el flamante nuevo centro de salud de Pontedeva, con el 40 % de sus potenciales clientes por encima de las 65 primaveras, se les reconozca que las cuatrocientas y pico tarjetas les generan mucho más trabajo que las setecientas que puedan tener otros. En la lista de los segundos habrá incluso quien nunca haya pasado por consulta, mientras que los primeros les ven la cara tan a menudo que antes de mirar el ordenador ya les saludan por su nombre y les preguntan cómo van de tal o cual patología. Esta bien el complemento, digo, pero no es suficiente. No nos engañemos, por mucha ilusión que puedan hacer cien o doscientos euros más al mes, la realidad es que la sobrecarga existe y el dinero, que sirve para muchas cosas, no vale para multiplicar el tiempo. Sin más manos la medida no sirve para mejorar la asistencia.