El trabajo de David González ha tenido ya una recompensa. La hermana de Carmen Martín Gaite, Ana María, se puso en contacto con él hace unos meses, para conocer el estudio en el que estaba trabajando. Ana María reveló al autor muchas historias, recuerdos de una infancia que vivió muy de cerca con su hermana en Piñor, de donde era su madre.
«Era un lugar idílico, como el paraíso», recuerda Ana María. David González explica que la aldea era para las dos -entonces niñas-un lugar de libertad donde podían correr, subir a los árboles o ir de verbenas y romerías, algo que no podían hacer el resto del año. Ana María recuerda que «Carmen tuvo mucho empeño en que Rafael Sánchez Ferlosio [escritor y su marido] conociese Piñor y vinieron juntos varias veces».
Con el tiempo, Carmen Martín Gaite se trasladó a Madrid y su familia decidió vender la finca de Piñor, por su lejanía con Salamanca, ciudad en la que residían.