Carambola

Luis Manuel Rodríguez González
Luis M. Rodríguez A BOTE PRONTO

OURENSE CIUDAD

27 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre las ocho acepciones que el diccionario de la Real Academia Española concede a la palabra carambola se ha hecho casi cotidiana esa que alude a una «casualidad favorable». La hemos oído varias veces y este mismo fin de semana fue utilizada con reiteración para calificar el agónico -y aún así merecidísimo- ascenso del Club Deportivo Arenteiro.

Lo cierto es que el hecho de depender de un tercero -el Rápido de Bouzas- se ajustaba a ese pretendido azar que podía resultar, a la postre, ventajoso para los carballiñeses; pero a la hora de tirar de diccionario, me quedaría con la acepción que describe carambola como: «Lance del juego de billar en el que la bola arrojada toca a otras dos». Incluso quienes nunca utilizamos un taco sabemos como va ese entretenimiento que hace años fue virtuosismo en los viejos salones recreativos, nada que ver con los que hoy invaden modernas máquinas.

Y la hazaña gestada en Espiñedo tiene más que ver con el añejo billar. La plantilla de Manel Vázquez golpeó con el efecto necesario la primera bola. Exacta intensidad y dirección. Y pese a todo, lo de golpear la segunda se complicó y costó lo suyo. Seguramente hasta cayó alguna lágrima tras el empate de O Grove o la remontada del Ourense CF. Recuerdo que un viejo amigo me repitió en numerosas oportunidades la frasecita: «El equipo de tu pueblo ya está ascendido».  El trabajo estaba hecho, sin duda, pero faltaba la guinda. El ambiente en la casa verde fue de lo mejor del fútbol gallego a lo largo de la temporada y al final fue necesario esperar a los chicos de Salinas. Sí, fue una carambola, pero qué bien tirada.