Anteayer, viernes, y en la sala roja del Auditorio de Ourense se presentó la estación intermodal de la ciudad; políticos, representantes de colegios profesionales, asociaciones de vecinos, ciudadanos todos… escuchamos con atención las intervenciones que iban produciéndose.
El acto correctamente moderado por Ricardo Babio, decano de los ingenieros de caminos de Galicia, contó con la participación de, entre otros, Pablo Urango representante del equipo de Foster, y de Lorena Pardiñas, arquitecta responsable del diseño de la nueva estación de autobuses; esta con un discurso claro y contundente me convenció.
El proyecto de Foster aun reconociéndole algunos aciertos sigue sin satisfacerme, sobre todo porque la pérgola proyectada sobre la explanada de entrada al actual edificio sigue pareciéndome un brindis al sol difícil de entender.
Tampoco me gusta el muro o talud de casi ocho metros en algún punto que se proyecta a lo largo de la avenida de Marín para sostener la pasarela con la que se intenta conexionar los barrios de A Ponte y O Vinteún.
Sin embargo, considero acertada práctica y muy funcional la estación de autobuses, y totalmente fuera de lugar las voces, como la del presidente de mi colegio, Alberto de Paula, que sin argumentos y únicamente por hacerse notar, querían convencernos de que su ubicación era totalmente desafortunada por los problemas de tránsito que generaría. Por otro lado, la conexión de esta estación con la de ferrocarril está perfecta y cuidadosamente resuelta, garantizándonos un servicio intermodal seguro, rápido y funcional.