La carta del (ex) superintendente a la marea: «Sra. concejal»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Abelardo Ulloa, en una foto de archivo
Abelardo Ulloa, en una foto de archivo Santi M. Amil

Ledicia Piñeiro ve una coacción la misiva remitida por el exjefe de la policía, implicado en la Pokémon

27 abr 2017 . Actualizado a las 11:47 h.

En tiempos en que las nuevas tecnologías se han convertido en la principal (y casi) única herramienta de comunicación todavía quedan románticos que prefieren utilizar las cartas. Entre ellos se encuentra Álvaro Abelardo Ulloa, exjefe de la Policía Local de Ourense, que remitió una misiva a la concejala de Ourense en Común, Ledicia Piñeiro, a raíz de unas críticas vertidas por la edila en un pleno municipal sobre la gestión del cuerpo policial. Bajo el encabezado «Sra concejal» el superintendente -suspendido en sus funciones desde octubre del año 2012 por su imputación en la operación Pokémon- no dudo en contrarrestar los comentarios de la edila de la marea en la que hacía referencia a «viejas prácticas» en el reparto de los turnos policiales.

Ulloa, en primer lugar, niega cualquier vinculación con las decisiones tomadas en el cambio del cuadrante por estar suspendido y, además, lanza un dardo a la edila y también a miembros del propio cuerpo. «Sinceramente, creo que ha iniciado una cruzada, con base en ideas tergiversadas de algún miembro poco recomendable y de espurios intereses de este cuerpo policial».

Aprovechando la oportunidad, Ulloa también manda un recado a Pilar de Lara: «Sobre su alusión a mi implicación en una investigación judicial llevada a efecto por un juzgado lucense, y en la que me ha negado la presunción de inocencia, e incluso el beneficio de la duda, con una exposición grotesca y que podríamos encartonar en el más puro carpetovetonismo celiano».

A Ledicia Piñeiro, la edila de Ourense en Común a la que iba dirigida la misiva del exjefe de la policía, le parece que su actuación es reprochable y una intimidación hacia su persona: «Que un alto mando da policía envíe unha carta con coaccións a un cargo público nos parece que exemplifica moi ben o que denunciabamos no pleno: vellas prácticas que levan o nome de Abelardo Ulloa».