El callejero ourensano apenas suma cuarenta nombres femeninos

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Los homenajes religiosos tienen más presencia que el de mujeres relevantes

16 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El callejero ourensano sigue siendo mayoritariamente masculino. La comparación entre los homenajes en nombre de calle a hombres y mujeres demuestra una balanza muy descompensada. Más de 200 referencias son las que se encuentran en clave masculina. Se trata de una cifra que se queda muy lejos de la de mujeres. Son apenas cuarenta y la mayoría, salvo alguna excepción religiosa, se encuentran en zonas periféricas y en lugares de escasa visibilidad. Y eso que la tendencia dio un giro a finales de la década pasada cuando el Concello de Ourense aprovechó la apertura de una serie de nuevos viales para tratar de corregir la situación. Así, por ejemplo, se abrió el parque de Angelita Paradela, en la zona de nueva construcción en Os Rosais. En esa época también se realizó un reconocimiento a la primera médica colegiada, Paz Parada Pumar, en un vial muy próximo a la antigua Casa de Baños, en el barrio de As Camelias.

De los cuarenta nombres en clave femenina que asoman por el callejero ourensano llama la atención la elevada presencia de las referencias religiosas. Una decena de viales llevan nombre de santa: Ana, Catalina o Eufemia. Tampoco faltan las referencias a patronas como As Ermidas o Nosa Señora do Cristal. Si a esos nombres se les suman los de santos, la conclusión es clara: lo religioso manda más que lo femenino. Menos tirón tiene en el nomenclátor viario de Ourense la pegada intelectual. Aún así asoman nombres como el de Emilia Pardo Bazán, Rosalía de Castro, Araceli Ancochea o Concepción Arenal.

Especial significado tiene el nombre de la calle Claro Campoamor -situada en un pequeño vial en la zona del parque Barbaña, en el barrio de O Couto- por lo que supone de referencia en la lucha por la defensa de los intereses de la mujer. De hecho, en la ciudad se instauró hace ya años un premio que se concede cada edición aprovechando el día de la mujer. No faltan tampoco homenajes en clave más local, como es el caso de la calle Clara Corral Aller, dedicada a la poeta de origen ourensano y que se hizo famoso durante el pasado mandato por ser el vial donde se encuentra la casa del exalcalde socialista, Agustín Fernández, y cuyas aceras reformadas estuvieron en el centro de la polémica política. Otras ourensana que logró hacerse un hueco en el callejero fue Carmen Legísima, pintora de principios del siglo XX.

Pero si hay una calle en clave local esa es la de Calpurnia Abana -en las inmediaciones de As Burgas-, que recuerda la figura de la que está considerada como la primera habitante de la urbe ourensana de la que se tienen datos. Más reciente fue el homenaje que se quiso rendir a las hermanas Pura y Dora Vázquez, que cuentan con un vial a su nombre en el barrio de O Couto que se suma a otros reconocimientos

Al margen de la escasez de nombres hay voces que llaman también la atención sobre los lugares elegidos para honrar a nombres como el de Rosalía de Castro. Se trata de un pequeño vial en el barrio de A Ponte.

Un proceso abierto bautizará a cuatro plazas de la capital en clave de igualdad

La escasa feminización del callejero ourensano se ha convertido en motivo de debate político a través de una iniciativa plenaria del grupo de Ourense en Común. La marea considera que es el momento de rendir homenaje a figuras femeninas relevantes en la historia de Ourense y que reciban el nombre de diferentes plazas repartidas por el casco urbano. Se refieren a las que tienen la denominación de 100, 200, 500 y 1.000. De acuerdo con la propuesta de la marea, que salió adelante por unanimidad, el Concello de Ourense se encargará de poner en marcha un proceso de participación vecinal con el objetivo de recoger propuestas de mujeres relevantes que tomen el testigo de estos nombres tan impersonales. Además, el acuerdo incluía una propuesta para que uno de esos espacios llevara el nombre de Asunción González, que fue reconocida como la primera víctima de la violencia machista declarada y documentada en Ourense.

Otras candidatas a formar parte del callejero ourensano, según Ourense en Común, deberían de ser la pontina Delia Delso o la activista vecinal del barrio de Covadonga, Esperanza Martín Borrajo.

De cumplirse esta iniciativa, la desigualdad entre hombres y mujeres en el callejero sería un poco menor que hasta el momento.