Es una de las cerca de dos mil personas, laicas, que han decidido formar parte activa del futuro de la diócesis de Ourense. María del Carmen Pintos Andrade se ha inscrito para participar en los trabajos sinodales de su parroquia de As Caldas. Cree que es una oportunidad única para opinar y ser escuchados.
-¿Por qué tomó la decisión?
-Yo soy de A Ponte y participo activamente en las actividades de la parroquia. Nos dijeron que el obispo nos convocaba a participar y nos explicaron en qué consistía. Nos animaron a opinar sobre los temas que nos preocupan. Si el obispo nos convoca es importante y como católica creo que debía responder a su llamada. Es casi una obligación. Si soy miembro de la Iglesia, esto va conmigo.
-¿Cómo ve la participación de los laicos en el proceso?
-La voz de los laicos es muy importante, debe ser escuchada. Si quieres que la Iglesia no sea solo cosa de los curas debes opinar. Además sé que todo lo que digamos será escuchado y tenido en cuenta.
-Además de la fe católica, ¿hay algo más que le anime a estar presente?
-Será una buena oportunidad para conocer de cerca la diócesis ourensana y cuál es su realidad. Además, podré conocer y trabajar junto a otras muchas personas.
-¿Es un momento único?
-Hay que tener en cuenta que el último sínodo de la diócesis de Ourense se celebró hace un siglo. Nosotros ya no viviremos otro como este. Esto significa que lo que tenemos los laicos ourensanos es una oportunidad única y que no debemos dejar de participar ninguno de los que creemos que somos miembros de la Iglesia.
-¿Como animaría a otras personas a sumarse?
-Igual que participamos en los actos religiosos debemos hacerlo en esto. Si queremos que la Iglesia evolucione, tenga visiones diferentes y buenas, debemos aportar y no desaprovechar esta oportunidad. Todos debemos estar presentes, desde la persona de forma individual a los catequistas, a todos los que tengan algo que decir.