Pocos aforismos me parecen tan acertados como el «Mexan por nós» de Castelao que supongo que si pudiera levantar la cabeza a estas alturas del siglo XXI y echase un vistazo decidiría volver a bajarla... porque para lo que hay que ver. En Ourense no es que tengamos que decir que llueve. Es que parece que estamos convencidos de ello. No se entiende de otra manera que representantes institucionales que tendrían que ser líderes de opinión se despachen con determinadas frases cuando se le pregunta si Ourense está siendo lo suficientemente firme a la hora de reclamar la alta velocidad que le corresponde. «Hay que ser serios, necesitamos una estación más o menos digna, la que podamos, pero tenemos que entender que Ourense es Ourense». Esto se lo contaba a La Voz el presidente de la Cámara. Y es que es la purita verdad: Ourense es Ourense. Con eso se explica todo. Con ese razonamiento podíamos habernos quedado en la época de las diligencias. Si total, Ourense es Ourense.
El presidente de la CEO, por su parte, aseguraba: «Ya es tarde para estar con el megáfono en la mano». Si es que no le puedo quitar la razón. Como nos vamos a poner ahora a hacer una pancarta, con la pereza que da, y a dar gritos en la calle, que igual nos quedamos afónicos. Y, retomando el argumento anterior, Ourense es Ourense.
Hubo otros que no pensaron lo mismo en el pasado -no dejen de repasar hoy el especial de los 135 años de La Voz de Galicia y se encontrarán algunos casos- y que dando la cara consiguieron hacer de Galicia un lugar mejor para vivir.
Al final quedará la memoria, que en clave personal es la conciencia y en clave social e informativa es la hemeroteca. Cada uno sabrá como va a salir retratado en esa foto. Yo tenía 17 años cuando salí a manifestarme por un campus digno. Fue la primera vez que grité «No nos mires, únete». No fue nada excepcional: iba con otras 24.999 personas. Pero me gusta saber que estuve allí. Que entonces aún no pensaba que ya es tarde para casi todo.