Las pintadas en la calle le cuestan a los ourensanos 180 euros al día

OURENSE CIUDAD

santi m. amil

En la ciudad se borraron en un año medio centenar de gratifis en propiedades públicas

26 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El servicio de Limpieza del Concello de Ourense detectó y borró el año pasado un total de cincuenta pintadas en espacios públicos y mobiliario urbano de la ciudad. Tanto en fachadas de edificios como en farolas, bancos, contenedores, pavimentos o parques infantiles. Estos trabajos de limpieza suponen para las arcas municipales un gasto próximo a los 65.000 euros al año. Eso significa que las pintadas le cuestan a los ourensanos una media de 180 euros al día. Y, lo peor, no se trata de un fenómeno puntual, sino que se viene produciendo más o menos de forma constante durante los últimos años. Supone, por lo tanto, un gasto a mayores con el que el Concello debe contar anualmente, de manera provisional. Este fenómeno no sucede solamente en una zona concreta de la ciudad, sino en todos los barrios, en el centro y en el casco histórico. La limpieza en las propiedades públicas se realiza en el momento en el que se detecta la pintada. Es el servicio de inspección, bien por comunicación de la Policía Local o de particulares, el que traslada la información al Concello para que acuda a eliminar el grafiti. Caso aparte merecen aquellas pintadas que no afectan a edificios y lugares públicos. En este caso son los particulares los que tienen que hacerse cargo de su limpieza. Aunque hay casos excepcionales. Hace pocas semanas, el Concello sí que autorizó la limpieza en un edificio de Mariñamansa. La única condición que pusieron fue no hacerse cargo de las pintadas en garajes. Solo las eliminan de las fachadas de piedra, ya que la retirada con agua a presión puede levantar otro tipo de materiales, con lo que el daño sería mayor.

El concejal del área, José Araújo, explica que este tipo de actos vandálicos suponen un gran coste para la capital y para el bolsillo de todos los vecinos. «Sería mucho mejor y me gustaría más gastar ese mismo dinero en adquirir nuevo mobiliario urbano y reformarlo. Y no en estar permanentemente arreglando lo que otros destrozan», afirma.

Esta misma semana fue localizado un joven ourensano, de 19 años de edad, minutos después de haber realizado varias pintadas en una fachada de la calle Fonte do Monte de la capital. Gracias a la colaboración ciudadana, la Policía Local pudo detenerlo cerca del lugar e incautarle una serie de botes que portaban en una mochila. Iba acompañado de otros tres jóvenes que todavía no fueron localizados.

Normalmente, si se localiza a los autores, lo que se hace es identificarlos y anotar sus datos por si se quiere interponer una denuncia. Esto casi nunca sucede. Solo si los destrozos son muy grandes, los particulares o la administración llegan hasta el juzgado para que el autor se haga cargo de los costes que supone la limpieza de las pintadas. Las comunidades de vecinos no suelen gastar dinero en arreglar estos desperfectos -porque saben que se repetirán- y, en algunas ocasiones, es un particular el que se anima hacerlo. Además se han dado casos, cometan desde una agencia ourensana, de artistas callejeros que han presentado sus servicios argumentado que los que pintan por vandalismo suelen respetar sus trabajos.

La colaboración ciudadana es indispensable para poder localizar a los autores

No existe un lugar ni un objetivo concreto. Aunque algunas, las más reivindicativas, sí que van dirigidas a entidades, asociaciones y colectivos. Pero las pintadas realizadas al azar se pueden encontrar en todos los puntos de la capital. Es muy difícil identificar y localizar a los autores, solo es posible con la ayuda de los vecinos. La colaboración ciudadana es la que permite pillarlos in fraganti y de esa manera identificarlos y retirarles el material. Pasarían a ser juzgados si existe una denuncia por parte de los afectados.

En Ourense, según la Policía Local, no existen bandas de grafiteros -sí las hubo hace años- que quieran llamar la atención. Que tengan como objetivo la reivindicación y la visibilización de sus acciones. Son pandilleros que en sus ratos de ocio aprovechan cualquier pared para pintar letras o garabatos sin ningún tipo de mensaje. Aunque hay por toda la ciudad, la proliferación en la zona vieja responde a ser un lugar habitual de paso nocturno cuando los jóvenes salen de fiesta. También suelen pintar en sus propios barrios.

La mayor parte son ourensanos muy jóvenes y van en grupo. Pocos se atreven a realizar pintadas si no están acompañados. Y aprovechan la noche, y también zonas menos transitadas de la ciudad, para dejar sus firmas.