El campus «exportó» mil erasmus

M. j. fuente / m. rodríguez VIGO, OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Cuando se cumplen treinta años del programa europeo, la Universidad de Vigo puede presumir de un importante número de alumnos formados en el extranjero

22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi 8.000 estudiantes de la Universidad de Vigo decidieron completar su formación en otros países europeos desde la creación de la institución hace 27 años, una cifra de la que su dirección se siente especialmente orgullosa. Desde 1998, fecha en la que se creó la Oficina de Relaciones Internacionales, se contabilizaron 7.730. A ellos se suma una media de 20 por curso en los años anteriores, lo que dejaría el total en torno a las 8.000 personas. Del campus de Ourense salieron 1.189 universitario. Por encima, Vigo, con 5.562. Por debajo, Pontevedra, con 979.

La mayor participación se registró entre los cursos 2010-11, 2011-12 y 2012-13, que llegaron a superar los 600 alumnos.

Por carreras, en el campus de Ourense destacan Ciencias de la Educación (304 en total y 30 este año) y Ciencias Empresariales (275 y 36, respectivamente). Por países, el preferido fue con mucho Italia (1.349 en total y 108 este año), seguido de Alemania (1.048 y 54) y Polonia (661 y 81). A otros, como Reino Unido este año solo se desplazan 32 estudiantes, pero en su histórico alcanzan los 772, por encima de Polonia.

El vicerrector de Relaciones Internacionales, Manuel Fernández Iglesias, justifica la elección de Italia y Polonia por la cercanía cultural y en el segundo caso probablemente por ser un país católico. «Para el estudiante es atractivo por el coste de la vida. A veces hasta ahorra dinero por el apoyo a la educación. Polonia cuida mucho el programa», indica. Tiene claro que cada vez está más extendido entre el estudiantado que si hay algo con lo que pueda mejorar el currículo es con una experiencia internacional.

«Las encuestas que hacemos demuestran que los alumnos buscan donde completar sus estudios; no van para perder el tiempo. Incluso preguntan por destinos en los que aprovechar más», destaca Fernández Iglesias.

Sobre la escasa dotación de la beca, 150 a 350 euros, el vicerrector recuerda que si el estudiante es de otra ciudad distinta no supone un cambio importante y, por tanto, no es una barrera económica. Además, añade, es compatible con la beca del Ministerio. Las barreras suelen tener que ver con dependencias familiares, que les impiden desaparecer un año de casa. «Estamos descubriendo que familias que van a mandar a sus hijos a la universidad, se decantan por países como Holanda, que les sale más barato que en Barcelona», aclara.

Entre los cambios que experimentóo el programa destaca la mayor información y facilidades a la hora de reconocer sus estudios fuera sin necesidad de convalidar. El modelo de Bolonia facilita el reconocimiento y que figuren en el expediente.

«Es un antídoto contra el localismo mal entendido y una visión aldeana de la realidad»

Para el vicerrector Manuel Fernández, salir de Erasmus al extranjero es «una experiencia vital, un antídoto contra el localismo mal entendido y contra una visión aldeana de la realidad. Permite ver otras realidades y tener una visión más solidaria, percibir que no eres tú solo y que hay muchas relaciones. Esa actitud ante la vida y esa visión global se da mucho, abre la mente y hace que se centren menos en lo local», apunta.

A la apertura personal se suma la profesional con una red de contactos de otros países que abre las puertas a muchas posibilidades. Nada que ver con la idea de jolgorio que en ocasiones se tiene desde fuera, algo que se puede hacer sin salir al extranjero, apunta. Lo que buscan, según el vicerrector, es unirse a otros estudiantes con otras costumbres, «pero no están para perder el tiempo», añade.

En su opinión, el programa Erasmus ha hecho más por la construcción europea que otras medidas como el mercado único y las subvenciones a la agricultura.

La idea de la Universidad de Vigo es mantener el equilibrio entre los estudiantes que salen y los que entran con Erasmus, aunque de momento los primeros superan levemente a los extranjeros.