El Ateneo no logra sanear sus cuentas al no vender sus fondos

Cándida Andaluz Corujo
C. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

La junta directiva se reúne mañana para analizar su futuro

18 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No ha podido ser. Los fondos del Ateneo no han llamado la atención de los ourensanos y lo que iba a convertirse en una primera tabla de salvación para la entidad cultural se queda solo en un intento. Mañana la directiva decidirá si amplía el tiempo de exposición o si la retira definitivamente para dejar espacio a otras actividades. Y analizará el futuro más inmediato de la entidad ante la situación crítica que vive.

El pasado 14 de diciembre, la entidad decidía sacar el polvo a su historia y deshacerse de los fondos que fue acumulando durante sus años de vida. El objetivo no era otro que borrar los número rojos de las cuentas y poder afrontar su futuro. Hasta la fecha únicamente se han adquirido trabajos de poco o escaso valor. Y no demasiados. La exposición está formada por más de 220 piezas que conforman la colección privada y los fondos del Ateneo. Se pueden adquirir desde fotografías a 15 euros a cuadros que llegan a los 3.000, algunos de ellos de importante valor al tratarse de las primeras obras de autores ahora ya consagrados. Pero aún así, la entidad no ha sido capaz de sacar partido de ellas. Aunque Oro Claro, Vidal Souto, Vázquez Ribada, Soledad Penalta, Baldomero Moreiras o Ribao sean algunos de los nombres que firman la exposición.

Fuentes del Ateneo señalan que no ha sido posible ni siquiera llamar la atención de entidades públicas o privadas que pudieran estar interesadas en adquirir alguna de las obras. Echan de menos desde la sociedad cultural el apoyo institucional, que también se refleja en la falta de ayudas para su mantenimiento o para la dotación de un local propio, tras la salida forzada del edificio de La Torre. Añadir, además, la caída en picado de socios, que hoy ronda el centenar, lo que impide a la entidad poder sufragar con sus propios fondos los gastos que supone desde mantener abierta la sede provisional a encender las luces o poner la calefacción. Es en definitiva, aseguran, la constatación de que los ourensanos ya no miran al Ateneo como lo hacían hace años: como un valioso reducto abierto para las ideas. Aunque sí son todavía muchos los colectivos que semanalmente acuden a estas instalaciones para celebrar sus reuniones o como lugar de encuentro de sus actividades culturales o lúdicas. Y que no pagan nada por el uso de los locales.

Ese es el espíritu de la entidad, aunque no parece que sea el del resto de la sociedad ourensana que, según perciben desde el Ateneo, puede haberle dado la espalda de forma definitiva. O, por lo menos, este es el sentimiento que ahora tienen los que resisten sosteniendo, como pueden, este espacio cultural y de pensamiento.