Aquí se cena tarde

TEXTO: CÁNDIDA ANDALUZ / BEGOÑA R. SOTELINO / TANIA TABOADA / NOELIA SILVOSA

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

PIDE SIN MIRAR EL RELOJ Te llevamos de ruta por esos locales donde no te dirán que la cocina está cerrada... Aunque vayas de madrugada o a deshora.

02 oct 2016 . Actualizado a las 11:58 h.

Hay vida más allá del Mac Auto a ciertas horas. Cocinas en las los fogones no se apagan con el final del día. Si la madrugada es larga, qué mejor que llevarla con una tortilla, una sopa, calamares o un churrasco de ternera. Ven, que nos vamos de ruta gastronómica por esas noches sin prisa. Por toda Galicia.

Empecemos por Ourense, donde existen varios locales adonde peregrinan los trasnochadores o los estómagos más madrugadores. Vámonos directos al Open Baguette, en la calle Pena Trevinca, número 4. Abre a las seis y media de la mañana. Entre semana cierra a las tres y media de la madrugada; y los jueves, viernes y sábado, a las cuatro. Laura Piñeiro Fernández es la propietaria desde hace dos años. Antes fue camarera de este local, hasta que decidió tomar las riendas tras la marcha de la persona que inició el negocio. No solo pueden tomar bocadillos, pinchos o hamburguesas. Una chuleta de ternera con tortilla de queso, ensaladilla y patatas o calamares y croquetas forman parte del menú que denominan «Platos con amor». Laura Piñeiro afirma que se nota mucho la afluencia de gente sobre todo por la mañana. Más los sábados y domingos, de jóvenes que acuden a las seis y media de la mañana a comer antes de irse a dormir. «Vienen con mucha hambre», subraya. Y afirma que, en ocasiones, hay más gente a la una de la madrugada que a las siete de la tarde. Trabajan sobre todo temas de plancha porque la mayor parte de los comensales de madrugada quieren rapidez. Aunque nunca ha tenido sustos importantes, sí es verdad que los clientes de ciertas horas a veces no son demasiado sociables. Este problema lo tiene más con los que llegan a primera hora de la mañana que los de madrugada. Sin embargo lo importante, según Laura Piñeiro, es tener un buen equipo de camareros que sean rápidos y controlen las situaciones. «En dos años que llevo al frente del local solamente nos ocurrió algo una vez hace dos meses. Me destrozaron buena parte del local», relata. Sin embargo, dice, vale la pena apostar por este tipo de horarios.

ALBA PEREZ

En Vigo se puede comer a cualquier hora, y no cualquier cosa. La cocina del Ecos está siempre abierta para alimentar a todo el que lo necesite. La cafetería, ubicada en pleno centro de la ciudad (en Urzaiz, 35), lleva 34 años abierta y es mítica. Y con la de tiempo que está en funcionamiento, supera a establecimientos centenarios no en años, pero sí en minutos de historia. María del Carmen Diéguez, que es de Lugo aunque lleva en Vigo el tiempo suficiente para considerarse casi viguesa, está al frente del local desde hace 25 años y sabe poco de la palabra vacaciones. «Soy la pringada que está para todo», cuenta, pero con ella hay un equipo de una decena de empleados que cubre los turnos durante 24 horas. Cierto es que está en todo y al frente de la cocina cuando le toca. En el Ecos se puede tomar de todo, desde un sándwich de jamón y queso a un entrecot a la pimienta. A mediodía tiene menú, pero para los que no llevan el ritmo ordinario, en la carta hay una larga lista de bocadillos, hamburguesas, platos combinados y ensaladas que degusta un público variado. Operarios nocturnos en su rato de descanso, jóvenes a los que les entra un hambre canina tras salir de marcha por la zona plagada de pubs y se cruzan con los que acuden a desayunar, o gente que sale tarde de su trabajo. El establecimiento se modernizó hace unos años y cuenta con los atractivos que todo el mundo busca ahora, como wifi gratis para la clientela. Pero en cuanto a su estética, ya le toca de nuevo una reforma para adecuarse a los tiempos, por eso, dentro de aproximadamente un mes, cerrará temporalmente para acometer esas obras.

Óscar Cela

SIEMPRE ALGO DE CUCHARA

El Mesón Suso es uno de los míticos de Lugo donde encontrar silla libre es casi tarea imposible. No extraña que siempre esté abarrotado porque el buen servicio, el trato afable y la atención al cliente son tres máximas que los 17 empleados siguen a rajatabla. Tal es la preocupación de estos trabajadores por el cliente que, así se presente a las doce de la noche para cenar, no le dicen que no. Y no piensen que la opción es un bocadillo o un sándwich, sino que le ofrecen menú del día.

Los viernes y sábados, por el hecho de ser fin de semana, abren todavía más el abanico y sirven cenas hasta las 00.30 horas. «Tenemos muchos clientes que salen tarde de trabajar y merecen cenar de plato después de una jornada intensa», opina María Regueiro, propietaria del mesón desde hace más de 20 años.

Desde 6.30 de la mañana funciona este mesón que no baja la verja hasta las 2.30 horas. La cocina madruga y empieza hacia las ocho y media a elaborar las primeras tapas, raciones y los platos del menú, que ofrece cinco primeros y cinco segundos, todos muy variados. «Siempre tenemos ensaladilla, ensalada, pasta, algo de cuchara, carne y pescado», explica la propietaria, quien pone el acento en la calidad de sus productos. «Con respecto al entrecot y a las chuletas, proceden de las vacas que criamos en nuestra finca de la aldea», afirma María. Como el local no cierra ningún día, sus empleados se van rotando los turnos para servir al cliente cuando lo necesite. «Uno de nuestros colegas sale a las once de la noche de trabajar y cuando quedamos para cenar venimos aquí porque tenemos la opción de degustar un buen entrecot y pasar un rato agradable», cuenta uno de los comensales.

El Mesón Suso abrió sus puertas en 1985. Desde hace más de 20 años se encuentra en la Avenida de A Coruña, en la conocida rotonda de la Medusa, justo en la entrada de la ciudad por la zona Norte.

PACO RODRÍGUEZ

CHURRASCO EN A CORUÑA

En el Mesón O Cabazo también se cena tarde. Y tan tarde. Hasta la una y media de la madrugada, puedes llegar y pedir un churrasco bien caliente. Aunque la hora empiece a ser indecente, ellos no sienten pereza a la hora de echar la carne a las brasas. Avivan el fuego más rápido que deprisa. Y eso, cuando el frío arrecia fuera, se agradece. Si hay algo mejor que comer a cualquier hora un buen plato de comida caliente, es hacerlo al calor de las llamas. Será por eso que este clásico de A Coruña tiene un ejército de fieles. Y será el horario y su cercanía al Palacio de la Ópera lo que te permite comer el criollo junto a media Orquesta Sinfónica.

Es de esos locales que conoce cualquier coruñés que lo sea de toda la vida. Todavía es fácil ver por allí a Guillermo, su dueño, que no obstante reconoce que «ahora son los hijos y los camareros los que más controlan». El churrasco es su fuerte. Tienen fama la costilla de cerdo y el pollo; pero el criollo, el jamón y el queso del país también son dignos de mención. «Nosotros abrimos desde siempre hasta tarde. Aquí han venido a cenar grupos muy fijos que salían de trabajar a unas horas en las que no es fácil encontrarse abierta la cocina», indica Guillermo. Y menos, fuera del mundo de la pizza y la hamburguesa. Sigue habiendo mucha de esa clientela fija.

Quizás porque en O Cabazo no solo se come tarde y caliente, sino que también se come con las manos. El queso y los chicharrones son, quizás, los únicos de la oferta que parecen merecerse un pequeño tenedor. Para el resto, palillo y dedos. Y nada de patatas ni ensalada que distraigan al comensal del plato principal. Que el carnívoro, dicen, disfruta mordiendo de verdad. Y más a esas horas.