«La actitud personal es fundamental al buscar un trabajo»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Antonio Cortés

Reconoce tras la experiencia de este proyecto pionero que el mercado laboral está complicado para los más jóvenes

26 sep 2016 . Actualizado a las 10:39 h.

La primera lanzadera de empleo de Ourense bajó la semana pasada el telón de su primera entrega. Una decena de jóvenes encontraron empleo gracias a este revolucionario proyecto de la Fundación Santa María la Real y la Fundación Telefónica, que llegó a la ciudad de mano del Concello.

-¿Considera que el programa ha cumplido con las expectativas que se marcaban?

-El balance es muy positivo. Diez personas ya habían encontrado trabajo y a última hora en un foro que organizamos uno de los ponentes, que es Mario Dacosta (Hispamoldes), dijo que iba a llamar a uno de los participantes y comenzó a trabajar de manera inmediata. En general, estamos muy contentos con los resultados.

-¿Cuál es la clave de ese éxito?

-Es un programa muy diferente de lo que había hasta ahora. El éxito yo creo que está en la cooperación. Está basado en el trabajo cooperativo. Se apuesta por juntar a un grupo de personas muy dispares en experiencias y en formación y, entre todos, se va creando un espíritu de equipo en el que todos trabajan para todos en el sentido de que encuentren trabajo. Ese buen ambiente va generando más autoestima entre los participantes y confianza. Eso es lo que influye en que tú cuando vayas a una entrevista de trabajo te vendas mejor. Y es que yo detecte cuando empezamos con la lanzadera mucho problema de autoestima. Eran chicos y chicas con la autoestima muy baja, que llevaban meses en el paro en los que no conseguían entrevistas y se echaban la culpa a ellos mismos con frases como ‘yo no valgo nada’, etcétera. La lanzadera ayuda a cambiar esa actitud.

-Por lo que comenta, el problema está muchas veces en la forma y la actitud en la que se busca un empleo.

-Si, sin duda. La actitud personal que uno tiene a la hora de buscar trabajo es fundamental. Cuando uno está desempleado durante mucho tiempo tiende a encerrase en casa y se cree que con mirar por Internet y enviar currículos con las nuevas tecnologías ya es suficiente. Y no. Hay que trabajar mucho la red de contactos, la marca personal. Hay que trabajar otras cuestiones aparte de lo que es enviar currículos y eso es lo que potenciamos en la lanzadera.

-A nivel personal, ¿resulta complicado gestionar un grupo en el que al fin y al cabo todos buscan el mismo objetivo?

-Alguno ya nos decía que parecíamos una secta. Para el técnico, la verdad, es que es complicado porque claro son personas muy distintas, con historias muy distintas, con problemáticas diferentes y complica el papel del técnico, que no es un profesor ni tiene que dirigir nada, porque esto no es un curso. Aquí la gente construye su propia lanzadera, el técnico lo que hace es acompañar y orientar, pero no dirigir. Es un papel complicado por eso, porque no puedes influir demasiado y tienes que adaptarte a las circunstancias y al grupo sobre la marcha.

-¿Siempre hay el mismo número de alumnos?

-No. En la lanzadera se empieza con 25 personas y según van encontrando trabajo o deciden dejarla para continuar con sus estudios se va reduciendo esa cifra. Nosotros en la última semana estuvimos solo seis. Cada vez es más trabajo interno para menos personas y cuesta más organizar las cosas.

-¿Qué imagen le deja el mercado laboral en Ourense?

-La verdad es que está complicado.

-¿Tiene peculiaridades?

-He visto, por ejemplo, que el tema de la estacionalidad no afecta. El verano apenas se ha dejado notar. Por ejemplo, otras lanzaderas que empezaron con nosotros, en Palma de Mallorca tuvieron una inserción laboral altísima porque tienen mucha oferta estacional, cosa que en Ourense nosotros no hemos notado, al menos en el perfil de nuestros alumnos.

-¿Cuál era ese perfil?

-La inmensa mayoría eran licenciados universitarios con muy poca experiencia. Son perfiles complicados de ubicar en el mercado laboral. Teníamos, por ejemplo, un chico con experiencia en hostelería y fue el segundo que encontró trabajo.

-¿Cómo preparan a los alumnos que no han logrado encontrar trabajo para volver al día a día?

-Emocionalmente es complicado, porque ven que los demás han encontrado su puesto y ellos siguen ahí. Por eso la última semana se trabaja con ellos en un proceso de duelo de dejar la lanzadera y ver qué objetivos te marcas cuando se acabe. Ellos saben y lo experimentan que salen mucho mejor preparados de lo que entraron. Una cosa es que cuando acaba la lanzadera algunos siguen sin trabajo pero estoy segura que en dos o tres meses estarán trabajando.

«Se les organiza por departamentos para que siempre funcionen como una empresa»

Del 18 de abril al 23 de septiembre. Ese fue el recorrido de la primera lanzadera de empleo de Ourense. Sus resultados le avalan nuevas entregas.

-¿El proyecto tiene más recorrido en el futuro?

-Es una iniciativa que lo creó la Fundación Santa María la Real. Tiene su sede en Palencia y nació allí hace tres años en plan piloto y ahora mismo está por toda España y hay más de cien lanzaderas funcionando y con una proyección grandísima. Por ejemplo, en octubre comienzan cincuenta más solamente en Andalucía y trece en Extremadura. Se trata de un proyecto a gran escala que está financiado por la Fundación Telefónica y por el Fondo Social Europeo y tiene un respaldo importante, porque se está viendo que los resultados son muy buenos. En Ourense, según se comprometió el alcalde en el acto que celebramos a modo de clausura dijo que se celebraría una segunda edición. Por lo tanto, el recorrido está garantizado.

-¿Cómo era el día a día?

-Hay como dos etapas en la lanzadera. La primera es de conocimiento de los participantes, porque son 25 personas. Se les organiza en departamentos para que funcionen como una empresa. En Ourense teníamos cuatro departamentos: comunicación, Internet y acción, búsqueda de ofertas y formación. Cada uno elige su departamento y se plantean sus objetivos en función del área que tuvieran. Cada uno tiene su puesto de trabajo dentro de la lanzadera y simultáneamente se trabaja técnicas de entrevista, como mejorar el currículo, etcétera. A partir del tercer mes es cuando se empieza a salir a empresas, en torno a veinte, y a trabajar por proyectos con dos eventos: uno solidario y un foro profesional.