Toque ourensano en la mina de cobre «El Teniente»  de Chile

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

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cedida

Abad desarrolla su actividad en la mina subterránea más grande del mundo desde el verano del 2013

19 sep 2016 . Actualizado a las 10:30 h.

En su familia, que él sepa, nadie padece claustrofobia. Miguel Abad Fernández (Ourense, 1977) tampoco tenía una vocación clara cuando empezó sus estudios universitarios en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Vigo, pero a medida que iba progresando empezó a gustarle la perspectiva de lo que iba conociendo. Mal podía pensar entonces que acabaría en Chile, trabajando en la mina subterránea más grande del mundo, pero ahí es donde se encuentra desde el verano del 2013.

Acumulaba en diferentes lugares de la geografía española experiencia en túneles para el AVE, carreteras y centrales hidráulicas, que es el escenario natural para alguien con su formación. Y cuando ya estaba prácticamente en casa, de regreso, trabajando en la ampliación de la central hidráulica de San Pedro de Os Peares, le llegó una oferta para volar a Chile.

¿Pensarlo? «Mucho», admite ahora, sin dejar de reconocer que le ayudó bastante el hecho de que su novia se podía trasladar a las oficinas que tiene en la capital andina una constructora española. Llegó en agosto del 2013, con otros once ingenieros españoles. Allá sigue. Satisfecho. No se arrepiente. (A estas alturas, sus padres, Paco y Gloria, casi han superado el mal trago inicial).

Desde que llegó, trabaja en la «El Teniente», que es un lugar de referencia mundial, donde ya se han construido 3.000 kilómetros de túneles para extraer cobre. Ahora mismo, su actividad se centra en la realización de los túneles de ventilación de lo que técnicamente denominan nuevo nivel mina, que supone alcanzar una zona más profunda, de donde, según prevén, se podrá extraer cobre durante medio siglo.

La de este ourensano es una vida 7x7, que es una forma como cualquier otra de referirse al plan de trabajar una semana y descansar la siguiente. La primera, por decirlo así, vive en Rancagua. Lo recogen cada día a las cinco de la madrugada y regresa a las ocho y media de la tarde. La siguiente semana la pasa en la capital. Descansa o viaja. Argentina, Perú, Brasil, Paraguay, Colombia, Ecuador o Bolivia están a dos aeropuertos de distancia.

Satisfecho en el ámbito profesional, pues, según dice, «este trabajo me ha permitido conocer otras formas de trabajar con maquinaria de última tecnología, y compañeros de otros países como Noruega, Suiza, Francia o Estados Unidos». Pero también está contento en el plano personal. Tiene más tiempo libre en general y ha ampliado su visión del mundo. «Claro que echas de menos a la familia, pero conoces otras culturas y eso te permite valorar más lo que tienes en casa, porque hay muchos países en los que la mayoría de la gente tiene una calidad de vida mucho peor que la que se tiene en España, desde las pensiones y la educación a la sanidad», reflexiona Miguel, que trata de venir al menos dos veces a Ourense, aunque este año serán tres, por aquello de que la familia crece. Con dos hermanos, Carlos e Ignacio, es normal que haya sobrinos...

¿Regresar? «No tengo planes. Me encuentro muy bien en la empresa en la que trabajo y también muy contento en Chile en general. No sé el tiempo que voy a estar aquí. Pero tampoco descarto volver», resume este ourensano que a estas alturas ya no come carne de cerdo, sino de chancho, toma porotos en vez de judías de la huerta de casa y trata de cachar (entender) las cosas al vuelo sin meterse en ningún cahuín (lío) ni mucho menos curarse (emborracharse). «Los chilenos usan continuamente modismos en el lenguaje coloquial. Cuando llegas, no entiendes nada, pero poco a poco aprendes». Usándolos y, de paso, sonriendo.

 

Bajo tierra

El centro de trabajo donde desarrolla Miguel Abad su actividad es la mina «El Teniente», que tiene como ciudad más próxima la de Rancagua, a unos cien kilómetros de Santiago de Chile. La proximidad le permite desplazarse hasta la capital, desconectar de la actividad y airearse, sobre todo airearse, desde Iguazú hasta la Isla de Pascua. Aprovecha y exprime hasta el último minuto de descanso.

La oportunidad de cruzar el charco.

trayectoria vital

La oportunidad de cruzar el charco. Ingeniero de Minas por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Vigo, Abad completó sus estudios en la Universidad CEU San Pablo de Madrid con un Master Universitario en Prevención de Riesgos Laborales. Ahora es también ingeniero civil en minas por la Universidad de Chile y prepara un Executive Master in Project Management por la Universidad de Valencia. Ya trabajando, le legó del Colegio de Ingenieros de Minas una oferta de trabajo. Cumplía las exigencias y las condiciones económicas eran muy buenas, por lo que envió currículo. Lo llamaron. Se entrevistó en Madrid con el vicepresidente de minería del grupo empresarial chileno y la gerente de capital humano. Del encuentro salió una oferta de trabajo. La consideró y allá llegó el 21 de agosto del 2013. Tras un mes de trámites, entre visados, exámenes médicos y cursos para poder trabajar en Chile, empezó su actividad laboral.