«La moda es algo que te diferencia»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

La diseñadora ourensana, Montse García Bastos, ha creado su propia marca y acaba de ganar un premio

23 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En casa de Montse García Bastos había tradición de modistas, pero a ella siempre le recomendaban que se dedicase a otra cosa. Lo intentó, aunque terminó regresando al camino que siempre había querido andar y ahora, tras una notoria trayectoria profesional en firmas de moda, tiene su propia marca. Este mismo mes le han concedido el premio Gene Cabaleiro a los jóvenes valores del diseño gallego, un galardón con el que se reconoce su buen trabajo.

«Mi abuela y mi madre cosían, pero no querían que yo lo hiciera porque este es un mundo muy duro, así que yo confeccionaba prendas a escondidas mientras estudiaba», recuerda ahora. Después hizo diseño gráfico en la escola de artes Antonio Faílde y al terminar trabajó como fotógrafa durante dos años, pero «el gusanillo» de la moda seguía ahí, así que decidió por fin ir a formarse a Barcelona. Allí obtuvo el título de patronista escaladora industrial. «Yo sabía hacer ese trabajo desde pequeña, pero necesitaba un título que lo acreditase», explica.

A su vuelta a Ourense, con 27 años, no tardó en encontrar su primer trabajo en el mundo de la moda. Fue en Adolfo Domínguez. Entró como ayudante, en tres años se convirtió en patronista y, más tarde, llegó a ser la responsable de la sastrería de mujer. «Yo hacía el diseño, el patrón y presentaba ya la prueba cosida», explica Montse. «Crecí en Adolfo Domínguez, a nivel profesional me aportaron mucho y me abrieron muchas puertas», reconoce, aunque no guarda tan buenos recuerdos de sus compañeros de trabajo, con los que las relaciones eran más complicadas.

Pero llegó un momento en el que decidió que tenía que parar. «El ritmo del mundo de la moda es complicado, hay que hacer muchas colecciones, siempre corriendo, así que yo decidí que quería tener a mi hija y me fui», asegura.

Y tuvo a su hija, pero poco tiempo después le surgió una nueva oportunidad laboral. «Me llamaron de Bimba y Lola porque necesitaban un jefe de patronaje, entonces todavía estaban empezando», rememora. De nuevo, se subió al tren y estuvo dos años y medio yendo a Mos (Pontevedra) a diario. «En ese tiempo tuve un accidente y empecé a pensar otra vez si compensaban tantas horas de trabajo, todo el día en el coche». El cambio constante de personal que había en la empresa terminó por afectarle también a ella, por lo que decidió cerrar un ciclo. «Volví a Ourense, me hice autónoma y monté mi mini empresa, con la marca Isaura & Amanda». Hoy tiene dos líneas de ropa, por un lado los productos en los que mezcla lo ecológico con cosas artesanales, y por otro la costura a medida, con diseños que van desde lo más asequible hasta algo más caro.

«A mí lo que me gusta es crear, valoro mucho el tejido y el patronaje, y si encima hago a una persona feliz porque encuentra su proporción, ya estoy contenta», explica la diseñadora, que cree que en moda «todo es posible».

Por ahora se centra en la confección de mujer y entre sus diseños destacan las sudaderas, que están teniendo mucho éxito. «Tengo clientas que tienen toda la colección, están encantadas». Vende a través de su página web y también desde su taller, situado en el barrio de O Couto de la capital ourensana. Es, de hecho, la venta en persona, la que mejor le funciona. «Lo mío hay que tocarlo porque en cuanto lo ves y te lo pones, te encanta, son tejidos especiales». Tan originales son sus creaciones que utiliza materiales como la ortiga o el cáñamo, que mezcla con técnicas como el encaje de camariñas o el telar. «Me encanta conocer diferentes procesos textiles para hacer productos irrepetibles». Y es que esa es su idea de la moda. «Yo quiero hacer prendas que duren, que sean originales, que no me hagan daño a mi ni tampoco al medio ambiente», asegura, dejando claro que «la moda es algo que te diferencia, mientras que las tendencias son el mercado».

Trayectoria. Siempre le gustó la moda pero probó suerte en la fotografía. Después se formó en patronaje y ha trabajado en marcas como Adolfo Domínguez o Bimba y Lola. Ahora crea y vende sus propios diseño.