En esta profesión uno tiene que enfrentarse de asuntos de diversos. En general, son los temas que están en la agenda pública porque afectan de un modo u otro a la sociedad en que vivimos. A pesar de ello, esas preocupaciones que todos compartimos a veces no coinciden con las que de los políticos en su día a día, que también son noticia porque, al fin y al cabo, ello son los representantes legítimos de la ciudadanía (o, al menos, deberían actuar como tal).
En ocasiones, sin embargo, parece que sus prioridades están más en el ámbito personal que en el interés general. Así, en la misma semana coinciden noticias como las que siguen. Después de diez años de espera, la Xunta repartió ayer las llaves de 19 viviendas de protección oficial de entre 60 y 80 metros cuadrados en Covadonga y lo que centra el debate en el pleno del Concello de Ourense es la reprobación de un alcalde que lleva solo ocho meses en el cargo con una gestión que, al menos, no ha estado sembrada de escándalos (y eso es mucho decir teniendo en cuenta a lo que nos habíamos acostumbrado). También, mientras el BOP anuncia que en quince días se le cortará el agua a 650 vecinos por no pagar el recibo, el PSOE convoca a su ejecutiva de forma urgente y extraordinaria. ¿Para discutir sobre qué? Sobre luchas internas que no procede reproducir porque ya resulta cansino.
No es de extrañar, en definitiva, el pesimismo que revelan casi todas las encuestas que periódicamente realiza Sondaxe en esta provincia. Estando en las manos en las que estamos, lo extraordinario sería que fuese de otro modo.