Los bolardos dañan una media de nueve coches al mes en la capital

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Democracia Ourensana retoma la propuesta de suprimirlos del PP

24 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 19 de mayo del 2004, el Concello de Ourense limitó el acceso de vehículos al casco histórico de la capital, con dos años de retraso sobre la fecha prevista, a través de un sistema de bolardos. Desde entonces y hasta la actualidad, se han registrado más de quince millones de tránsitos en esa zona. Tres millones, a través de la tarjeta magnética. Estos pivote están detrás de los daños ocasionados en 1.245 vehículos. O lo que es lo mismo, una media de nueve coches al mes sufren, por diferentes razones, desperfectos al accionarse el sistema. Únicamente en siete casos ha sido por un fallo en el servicio. En ocasiones el Concello de Ourense tiene que responder de los desperfectos. De la última se daba cuenta, precisamente, en la junta de gobierno local de la semana pasada.

El Partido Popular, que instaló los pivotes hace once años, pidió en el 2013 su retirada, pero desde la oposición. A través de una moción, propuso su eliminación y la implantación de un servicio de cámaras. Ahora es Democracia Ourensana la que retoma esta solicitud. Piden que de forma inmediata se suprima la barrera física que suponen los bolardos para entrar en el casco antiguo de la capital. Califican el sistema de anticuado y creen que las desventajas que supone para las arcas municipales y para los vecinos no deben mantenerse por más tiempo. Aseguran que obstaculizan y ralentizan la circulación cada vez que un coche espera unos segundos hasta que se baja el pivote. Y que, en ocasiones, se producen largas colas mientras un vehículo se detiene para hablar por el interfono, cuando no funciona una tarjeta o el conductor necesita acceder a la zona por un motivo urgente. Otro de los inconvenientes, destacan, tiene que ver con las maniobras de camiones de gran tamaño, como es el caso del de los bomberos. Y añaden que no solo son los coches los que se dañan, sino que se han dado casos de peatones que han sufrido las consecuencias de un mal encontronazo. Y, quizás, lo más importante, Democracia Ourensana subraya -al igual que lo hizo en su día el PP- que la penalización por saltarse un bolardo no puede ser un coche destrozado, sino un multa proporcionada. Coinciden con la alternativa que platenaban los populares. Proponen la instalación de cámaras que registren las matrículas de los coches para multar a los no autorizados. O el sistema convencional de sanciones, a través de un policía. «En el momento en el que la posibilidad de multa sea segura, la restricción de vehículos será igual de efectiva», afirman. Este problema, añaden desde DO, se une al del actual contrato de semáforos, que gestiona la misma empresa, y que está en precario, sin renovar. «Había ofertado en el pasado que en la renovación del contrato ya expirado incluiría sin coste un sistema de cámaras para sustituir a los bolardos. Una mejora inevitable ya que sabe que no pueden mantener su privilegio más tiempo, y es que es la más beneficiada con las incidencias de bolardos, ya que los reponían, y los dañados son pagados por los seguros de los vehículos», subrayan desde DO.

Un sistema que se inició con retrasos, continuó con recelos y plantea alternativas

Aunque hace once años de la puesta en marcha de la peatonalización en el casco histórico, los plazos para el inicio del funcionamiento de los semáforos y los pivotes sufrieron varios retrasos.

los comerciantes

De las protestas a la costumbre. Los recelos fueron tantos en su día que ya en el 2001, cuando comenzaron las obras para la colocación del sistema hidráulico de los bolardos, los comerciantes salieron a la calle. Incluso llegaron a impedir el trabajo de los operarios. La exigencia no era otra que la construcción de una aparcamiento para, decían, paliar las pérdidas económicas que podría ocasionarles. El entonces concejal de Infraestructuras del Concello de Ourense, José Luis Rodríguez Cid, defendía la importancia del sistema. Los retrasos continuos llegaron a crear desconfianza entre los comerciantes que, al final, acabaron por acostumbrarse.

Los partidos políticos

De la necesidad al cambio. El Partido Popular, entonces gobernado por Manuel Cabezas, echó

a andar el proyecto, convencido de los beneficios para el comercio. Años más tarde, el mismo partido, en este caso con Rosendo Fernández en la oposición, pedía un cambio. Eliminar los bolardos e instalar unas cámaras para digitalizar matrículas. Ahora es Democracia Ourensana la que defiende esta propuesta.